El Espanyol se llevó este martes un punto valiosísimo y muy luchado del Coliseum Alfonso Pérez. Y lo hizo contra todo y contra todos, sobretodo, contra el colegiado Munuera Montero que se encargó de amargar el partido a los pericos cuando tan sólo se había disputado un cuarto de hora del encuentro y habían dado ya muestras de poder hacer daño al Getafe.
Nunca sabremos lo que hubiera pasado de jugar once contra once en el verde del Coliseum, pues Munuera se encargó de dinamitar dicha ilusión y de haber saboreado un triunfo perico. Pero pese al colegiado y su discutida, incluso escandalosa, decisión de expulsar a Bernardo, lo cierto es que el Espanyol empieza a firmar números de Champions en LaLiga post coronavirus: 4 puntos de los 6 en juego en los dos partidos.
Parece que el Espanyol se ha especializado en ‘el más difícil todavía’ en la reanudación del campeonato. Y quiere convertir su dura pelea por la salvación en una historia épica y que ojalá, tenga un final feliz para el club catalán.
Afrontó la vuelta al fútbol siendo el club de Primera que más había azotado la Covid-19, con hasta ocho jugadores contagiados. Curiosamente, este martes acabaron extenuados sobre el verde dos de los que habían enfermado, Cabrera y Wu Lei. Pero no notaron la merma física, aguantaron como jabatos el complicadísimo envite .
Más difícil todavía. Sin Raúl de Tomás, el killer por excelencia que sigue tocado, este martes Calleri y sobre todo, Embarba, se echaron el equipo a su espalda y ambos acariciaron el gol.
No hay que olvidar a Diego López, que se disfrazó de salvador para evitar el gol azulón en el descuento.
Contra todo y contra todos, el Espanyol sigue más vivo que nunca y firmando números de Champions. Una certeza. Un paso más en pos de la permanencia.
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