El día menos pensado, puede llegar la oportunidad que esperabas. Está el ejemplo de Cristina Gutiérrez, quien llegó a pedir un crédito a la desesperada, su última bala, para correr en busca de una oportunidad que finalmente le llegó. Otro caso similar es el de Oriol Vidal. El copiloto de Llambines (Girona) vivió una auténtica pesadilla en el Dakar 2022, y posteriormente, otra peor: la de no saber cuándo volvería a correr, y por lo tanto, a cobrar.
En la etapa 3 de la edición pasada del Dakar (2022), Oriol vivió el peor día de su carrera deportiva al quedarse tirado en el desierto junto a Saleh a la espera de un ¡ camión de asistencia que no llegaría. Cayó la noche y tuvieron que encender una hoguera. Otra asistencia les acabaría ayudando y continuaron con el piloto durmiéndose y Oriol sufriendo hipotermia y alucinaciones. Llegaron a la meta a la heroica, ya de noche, pero se encontraron con que su equipo se había marchado y los había dejado tirados. Tuvieron que abandonar. Después de aquello, Oriol se preparaba para otra temporada junto al piloto emiratí, pero lo peor estaba por llegar. Saleh Al Saif iba cancelando las carreras que tenía en su agenda y eso dejaba sin ingresos a un Vidal que se veía en una situación muy complicada.
“A inicio de temporada teníamos la idea de hacer el Campeonato del Mundo de Bajas. Pero Saleh se saltó la primera. Luego, se saltó la segunda, y ahí dije: ‘Yo no aguanto sin ingresar”. Luego, en abril me dijo que tenía problemas financieros y que no podía continuar compitiendo hasta el Dakar 2023.
En ese momento, Oriol Vidal pensó en retirarse con solo 29 años. Dejar de ser copiloto profesional y volver a dedicarse a su anterior profesión, la de ingeniero mecánico. Oriol fue ingeniero de pista en el Mundial de Superbikes y lo compaginaba con su otra pasión: competir en Bajas en quad. Un día, Santi Navarro (piloto y jefe de FN Speed) le propuso debutar de copiloto en el Dakar. Lo asumió como una posibilidad de aprender de una carrera que soñaba con hacer en quad y para la que jamás pudo lograr el presupuesto. Pasó de buscar sponsors y sufrir por encontrar apoyo para correr en quad, a ingresar dinero por ser copiloto. Ahí decidió dedicarse al copilotaje. Pero en 2022, la situación que estaba pasando con Saleh le hacía replantearse la vida.
“Estaba a punto de tirar currículums de ingeniero. El mundo de la competición a veces es un poco inestable. El que no lo conoce de cerca, quizás no lo sepa. Pero este mundo también tiene partes oscuras como de impagos e inestabilidad, nunca sabes cómo irán las cosas y quería desmarcarme de este camino”, expresó a MD. “Llevo muchos años dedicándome la competición. Pero en este mundillo vivimos al día. No tenemos seguridad, no tenemos un sueldo elevado que te permite estar tranquilo en periodos que puedas quedarte sin proyecto. No tienes un respaldo. Y si pagas una hipoteca y tienes gastos… es muy duro. Cuando llegas al final de año te preguntas: “¿Qué haré el año que viene?”. Y no tienes respuesta. Cuando estaba con Al Saif, no sabía nada”, destaca.
Una llamada inesperada lo cambió todo
Pero en agosto, una llamada lo cambió todo. Haría de copiloto con el piloto kuwaití Mshari Al-Thefiri en la estructura de South Racing. Su gran desempeño le llevó a que el equipo oficial de South Racing Can-Am le quisiera de copiloto del lituano Rokas Baciuska. Pasó de estar sin nada, a ganar el primer Mundial de Rally-Raid W2RC en categoría de prototipos ligeros (T3). Luego, Red Bull se unió a la estructura y Oriol Vidal afrontaría el Dakar 2023 dentro del equipo oficial del Red Bull Can-Am Factory Team. Ahora, Rokas Baciuska y Oriol Vidal son los líderes del Dakar en la clase de T4 a falta de 4 jornadas para el final. Y lo mejor de todo: Oriol ya cuenta con la estabilidad que jamás había tenido.
“Estar con el Red Bull Can-Am Factory team con un contrato hace que tengas las cosas mucho más claras. No esperaba que me pasara algo así. Para mí, poder estar con un respaldo como éste ya es un sueño”, expresó ilusionado.
“Ser líder del Dakar para un copiloto no es fácil. Se te tienen que alinear mucho las cosas. Por mucho que hagas bien el trabajo y seas buen copiloto, no depende solo de ti, depende del ‘copi’, del coche, del equipo y de muchas cosas. Y poder reunir todas las condiciones para poder luchar por ganar un Dakar, para mí es un sueño hecho realidad”, comentó a MD con una enorme sonrisa.
Pero sin duda, esa presión de defender el liderato en un Dakar es mucho menor a la vivida hace unos meses, el no saber si podría seguir pagando la hipoteca por falta de ingresos con el agua al cuello: “Evidentemente, el saber qué día cobrarás y qué haré durante todo el 2023 es algo que te cambia la vida. Antes empezaba el Dakar y no sabía qué haría después del Dakar. Este año lo empecé sabiendo lo que haré durante todo el 2023. Es muy diferente. Lo coges con mucha más ilusión y energía, porque por lo deportivo, siempre he ido hacia delante por pasión e ilusión, porque sino ya lo habría dejado antes. Pero este punto de estabilidad ayuda muchísimo”.