La mala señal de internet entorpecía la entrega de trabajos, lo que perjudicaba sus calificaciones; ‘muchas veces los maestros no comprenden que estamos en zonas lejanas’, comenta estudiante.
Por Diana Manzo
En la cabecera municipal de San Miguel Chimalapas, un municipio de origen zoque asentado a 23 kilómetros del corredor eólico del Istmo de Tehuantepec- el más grande de Latinoamérica- donde se produce energía eléctrica para empresas y otras entidades a través del viento, no hay condiciones para cumplir con la educación a distancia porque no hay servicio de telefonía celular y la señal de internet de telefonía fija es pésima.
Otra opción para tener señal en sus móviles es comprar tarjetas de internet satelital, pero de igual forma es variable la cobertura, por lo que terminan frustrados de no poder cumplir con la entrega de sus tareas.
Ante este panorama, al menos 10 jóvenes, entre ellos Luci Yasmín Contreras Cruz, han desertado en sus estudios de preparatoria y profesionales, esta joven de 18 años de edad y estudiante de la carrera de derecho pidió baja temporal en el semestre y ahora se dedica a elaborar panes tradicionales, oficio que desempeña su madre.
En agosto del año pasado, Luci comenzó sus estudios de nivel profesional en una escuela privada de Juchitán en la que acudía presencialmente y viajaba todos los días, o bien se quedaba en casa de una de sus hermanas, pero en marzo tras la contingencia sanitaria no tuvo otra opción que tomar clases a distancia.
En su hogar, ella tiene servicio de telefonía fija y red de internet, pero la señal falla, y eso comenzó a complicar la entrega de tareas, por lo que sus calificaciones bajaron y tomó la decisión sin el consentimiento de sus padres de pedir su baja temporal y reanudar cuando se den las clases presenciales.
“No soy una chica de dieces pero al menos traía nueves y ochos en mis materias, pero con el retraso en la entrega de mis trabajo comencé a bajar las calificaciones de 7 o 6, muchas veces los maestros no comprenden que estamos en zonas lejanas, escondidas, donde verdaderamente no hay señal buena, o en nuestro caso, aquí en San Miguel Chimalapas no hay señal de celular; es frustrante, pero decidí enfocar mi energía en aprender a elaborar pan tradicional”.
Según informes de la Secretaría de Educación Pública (SEP) señalan que en estos siete meses de contingencia sanitaria por Covid-19, el abandono en Educación Superior se calcula en 8%, es decir 305 mil 89 universitarios, de un total de al menos a dos millones 830 mil 419 estudiantes de todos los niveles educativos.
Mirar hacia los oficios, un buen aprendizaje en pandemia
Contra la voluntad de sus padres, Luci pidió su baja temporal, porque no veía mayor futuro educativo a distancia con la desventaja tecnológica, entonces le pidió a su mamá que mejor le enseñara a elaborar panes tradicionales, un oficio de herencia que trae en las venas por su padre y su madre.
Ahora todas las mañanas se levanta y prepara el horno de pan, y comienza a elaborar la harina con todos los ingredientes que le han enseñado. Luci entendió que la pandemia le mostró un nuevo aprendizaje, que, aunque no es la academia, sí de la vida, porque ser panadera le permite tener ingresos para su sobrevivencia.
“Veo a mi mamá que con la venta de sus panes paga mis estudios, y ahora pienso que yo puedo ahorrar para cuando regrese a mis clases presenciales también lo haga, y así la ayudo, ojalá todos mis compañeros y la gente que está en su casa voltee la mirada hacía los oficios, esa lección me ha quedado, que lo aprovechemos”, expresó.
Inconcebible desigualdad en Chimalapas frente a megaproyectos económicos
El colectivo Matza, una agrupación encabezada por jóvenes zoques, refiere que es inconcebible la desigualdad tecnológica, económica y social que se vive en este municipio, cuando a menos de 25 kilómetros de distancia, es decir 30 minutos, se encuentra el corredor eólico más grande de Latinoamérica que comprende 28 parques eólicos.
Destacaron que además de esta desigualdad, Chimalapas vive actualmente una amenaza de extracción minera a través de cuatro títulos mineros que aparecen vigentes en el portal CartoMinMex, por lo que la resistencia es una constante en la vida de las mujeres y hombres de este municipio que reúne 6 mil 500 habitantes distribuidos en tres agencias municipales y 10 agencias de policías.
Apenas hace un par de semanas, una delegación de habitantes y autoridades municipales acudieron a la delegación de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en Oaxaca para entregar un acta firmada por las autoridades municipales y agrarias en rechazo a la exploración y explotación del proyecto Santa Martha.