La primera mitad del partido que el Atlético de Madrid disputó ante el Girona en Montilivi dejó una acción que demostró varias cosas que muchos ya sabían. Por un lado, que Jan Oblak es el hombre de hielo. Luego, que tiene mucha calidad con las manos… y con los pies. Y tercero, que Diego Pablo Simeone y los aficionados del Atlético deben tener el corazón a prueba de bombas.
Y es que el balcánico dejó una acción que paró literalmente el tiempo en el partido entre catalanes y madrileños. En un momento dado, le cedieron el balón en el área. Y él, ni corto ni perezoso, ante la presión del Taty Castellanos, se marcó un recorte en el área que lo habrían firmado Carrasco, Correa o Griezmann, para quitarse de encima al delantero argentino.
Si el momento ya fue de tensión, ni qué decir tiene cuando el balón se fue algo largo y tuvo que lanzarse de nuevo para sacarlo ante la presión de Tsygankov. De nuevo, se paró el tiempo…
Sucede que el arquero ya está acostumbrado a este tipo de situaciones porque el Atlético las entrena. De un tiempo a esta parte, los arqueros también trabajan en los rondos para tener agilidad mental y de piernas si se ven en una situación de presión como la que vivió Oblak. A la vista está que funciona, aunque juegue con el corazón de aficionados y cuerpo técnico.