Jan Oblak ha vuelto a cerrar su puerta. Y el Atlético de Madrid lo agradece. Después de sufrir la peor racha como rojiblanco, con siete encuentros consecutivos recibiendo al menos un tanto, el arquero esloveno vuelve por sus fueros y ya acumula tres partidos sin recoger el balón de su meta.
Tras la derrota ante el Barcelona en el Metropolitano (Messi logró batir al ganador de los cuatro últimos Zamora en el tramo final del choque), el conjunto colchonero no encajó ni en Villarreal ni tampoco en el Metropolitano frente a Lokomotiv primero y ante Osasuna después. 270 minutos en los que nadie ha podido marcar a Oblak.
En esa serie de partidos en la que el esloveno se acostumbró a recibir tantos (Alavés, Sevilla, Leverkusen, Espanyol, Granada, Juventus y Barcelona), Oblak se mostró más inseguro de la habitual. Sobre todo en los balones por alto, faceta en la que no suele mostrar grietas. Pero en los últimos compromisos, el esloveno vuelve a ser el portero sobrio que asombra al mundo entero.
Ahora, el objetivo de Oblak y el del Atlético es el de cerrar el año el domingo en el Benito Villamarín con otro triunfo y, a ser posible, otra puerta a cero. En caso de lograr que el cuadro verdiblanco no vea puerta, el Atlético tendrá mucho camino recorrido hacia el triunfo.
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