Jan Oblak volvió a dejar su puerta a cero en la goleada de Eslovenia frente al Moldavia en Chisinau (0-4). Otra buena actuación del portero del Atlético de Madrid para confirmar que vive un gran momento. El mejor de los últimos meses. Por sensaciones y por números. Porque en la presente temporada, el arquero sólo ha recibido un gol en los siete encuentros que ha disputado.
Cuatro partidos con Eslovenia y tres con el Atlético. Más de 630 minutos en los que únicamente ha encajado un tanto. Fue además en la única victoria del cuadro rojiblanco en LaLiga, frente al Granada en el Metropolitano. Con el partido ya resuelto a favor de los de Simeone (el marcador era de 5-0) apareció la relajación en los locales para que los andaluces hicieran el tanto de la honra. Luego llegaría otro de Luis Suárez. En el resto de partidos, nadie ha podido batir al esloveno.
Tras ese triunfo ante el conjunto nazarí, el Atlético visitó El Alcoraz y después recibió al Villarreal en el Metropolitano. Ambos choques se resolvieron con idéntico resultado: 0-0. Es decir, que Oblak dejó su puerta a cero. Un clásico en la presente temporada que ha corroborado con su selección.
Porque Eslovenia ha edificado un muro con el arquero colchonero como principal guardián. Así, en sus cuatro últimos partidos con su selección, Oblak no ha recibido un solo tanto. Grecia y Moldavia en septiembre, y Kosovo y de nuevo Moldavia en octubre, no han sido capaces de perforar la meta balcánica.
En total, un gol recibido en siete partidos. Una dinámica que Oblak tratará de mantener el sábado en Balaídos. Sería la primera piedra para edificar un triunfo que el Atlético necesita en Liga tras dos empates consecutivos. El muro del esloveno, más sólido que nunca.
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