El gran protagonista en la victoria del Sevilla, Lucas Ocampos, celebraba con una sonrisa los tres puntos sumados ante el Eibar. El argentino marcó el gol del triunfo y tuvo que ponerse de portero tras la lesión de Vaclik para, en el tiempo de descuento, realizar un paradón ante un disparo… ¡del portero rival!, Dmitrovic, que había subido a rematar la última jugada.
“Siempre me gusta ponerme de arquero, cuando hacemos en los entrenamientos un partido reducido y cada uno se pone donde quiera lo suelo hacer pero no pensaba que me iba a tocar en un partido”, ha comentado el goleador sevillista, que desveló las claves que tuvo presente tras aceptar el reto: “Me dio el entrenador de portero alguna consigna, me dijo: ¡no cometas el error, quédate entre los tres palos! Y es lo que he tratado”.
Para Ocampos, sin duda, fue un partido especial que guardará en el recuerdo. “El más raro seguro, pero sí, el más especial. Es clave para nosotros sacar una ventaja superimportante. A veces nos cuesta cerrar los partidos y tuvimos que sufrir, pero ganamos y estamos contentos”.
El argentino explicó que su dedicatoria en el gol fue para un familiar que está luchando contra el coronavirus.
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