El Valencia
Basket afrontará este domingo la primera de las dos oportunidades que tiene para proclamarse por primera vez en su historia campeón de la Liga Femenina y lo hará dispuesto a que la filosofía que le ha acompañado toda la temporada y el empuje de una Fonteta con aforo ampliado le conduzca a la victoria ante un Perfumerías Avenida.
El jueves el Valencia se impuso en el pabellón del equipo salmantino, al que regresará la final para un choque a cara o cruz si el equipo salmantino logra vencer en el pabellón de la Fuente de San Luis.
“Somos conscientes de que dimos un paso importante pero que igual de difícil, o incluso un poquito más, va a ser ahora reafirmarlo en casa y frente a nuestro público. Nos enfrentamos a un gran equipo que ha demostrado mucha hambre y mucho deseo toda la temporada y así lo va a hacer. Tendremos que hacerlo un poquito mejor si cabe para conseguir ese objetivo”, dijo el técnico valenciano, Ruben
Burgos.
El club valenciano ha impulsado un cambio en la normativa de la Generalitat que permitirá que la asistencia en el pabellón pase de los 500 espectadores que pudieron presenciar la semifinal ante el Spar
Girona a los 1.500 aficionados que se espera que completen el cupo previsto y empujen al equipo de Rubén
Burgos a completar su segunda gesta del curso tras haber ganado ya la Eurocup.
El título de campeón lleva aparejado una plaza para la disputa de la próxima Euroliga, un torneo que el Valencia no ha disputado nunca y en el que el equipo salmantino es un habitual.
Esa situación puede suponer un extra de presión de cara este encuentro para el Perfumerías que, en el caso de cosechar una nueva derrota, además de perder el título, se quedaría además a expensas de que la Federación
Española consiga una tercera plaza para el torneo continental.
El choque del Würburg confirmó la igualad que hay entre ambos equipos esta campaña. Como los dos partidos que habían disputado en la fase regular, se decidió en la prórroga, lo que hace pensar que el encuentro del domingo puede ser también apretado.
El triunfo supuso un nuevo espaldarazo a la filosofía de un equipo construido desde la defensa y que tiene capacidad para no derrumbarse pese a verse por detrás en el marcador. En ese primer encuentro perdía por nueve puntos a falta de apenas tres minutos pero logró forzar el tiempo extra.
El partido confirmó el gran momento de forma en la dirección y también en la ejecución de Cristina Ouviña, el enorme crecimiento de la joven pívot gallega Raquel Carrera, cuyos descuelgues fueron clave para remontar primero y para decantar el triunfo después y también la facilidad de Leticia Romero para jugar minutos complicados.
Pero entre los argumentos que hacen pensar al Valencia en el triunfo está el hecho de que, aunque rindieron al nivel defensivo acostumbrado, jugadoras básicas como Queralt Casas, Bec Allen o Marie Gülich apenas anotaron, lo que puede dar al equipo nuevas armas.
Para el choque volverá a ser duda la ala-pívot Laura Gil, que no jugó en Salamanca por problemas musculares y que realizará una prueba poco antes del choque.
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