Martin
Odegaard ha deslumbrado en este inicio de temporada. Su gran rendimiento le ha convertido en uno de los atractivos de este inicio de Liga y su nombre está ya en boca de todos. Los problemas que está pasando el Real Madrid en la medular incluso le han situado como futurible para regresar al club blanco antes de lo que dicta el acuerdo alcanzado entre la Real y la entidad de Concha Espina.
El futbolista, que ya se ha visto en portadas de medios de Madrid, en caso de dar continuidad a su sensacional rendimiento, tendrá que convivir toda la temporada con el run-run de su posible vuelta a Chamartín. Pero es un jugador acostumbrado de sobra a la presión, como suele suceder con los niños prodigio. Desde muy joven ha sido uno de los grandes talentos de su país y fichó por el Real Madrid con 15 años.
No obstante, este sábado afronta uno de esos partidos que pueden marcar su trayectoria. Se enfrenta con Noruega a España y todo lo que haga frente a la selección estatal tendrá una enorme repercusión, habida cuenta de que, en muchas ocasiones, los méritos que acumulan los futbolistas fuera de los partidos ante los grandes tienen un impacto más reducido.
Pero el sábado, en Oslo, debe jugar uno de esos encuentros en los que una actuación estelar puede tener volver a situarle en el eje mediático madrileño, con todo lo que ello significa y con el ‘peligro’ que ello puede conllevar para su continuidad como txuri urdin.
Por el momento, Odegaard se entrena con el combinado de su país ajeno al ruido mediático que puede generar su presencia en el partido ante España.
Hace escasas fechas ya declaró en ESPN que su intención es la de estar dos años en Donostia, cumpliendo de esta forma íntegramente el trato al que llegó la Real con el conjunto madrileño el pasado verano. Por el momento, la vida le sonríe al noruego. Habrá que ver de lo que es capaz el sábado .
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