El juego de Martin
Ødegaard en la Real está causando sensación en todo el planeta fútbol. Su impacto está siendo especialmente notable en Gipuzkoa y en Noruega, su país, donde es un auténtico ídolo. Casi a diario aparece la figura del ‘21’ de la escuadra txuri urdin en la tele escandinava y la presencia de informadores de aquel país nórdico es un habitual en Zubieta y Anoeta. En esta tesitura, el crack txuri urdin no ha podido regatear las parodias clásicas que se hacen a las celebridades.
Ha tenido tirón la que le ha dedicado la televisión noruega TV 2. Escenifican el cambio que ha experimentado la fisonomía del talentoso centrocampista, que ahora luce una trabajada y poderosa figura alejada de la que presentó cuando debutó jovencísimo en su país y en el Real Madrid. En esa parodia, introducen a Ødegaard en una cápsula con una anatomía enclenque de adolescente y le sacan un instante después convertido en un Hércules vikingo, con los músculos definidos. Todo ello bajo la supervisión de un Zinedine
Zidane ataviado con una bata blanca que ejerce de científico y que envejece de golpe.
Antes de entrar en la máquina que le transforma, el futbolista dice: “No entreno demasiado con pesas cuando estoy en una fase de crecimiento”, frase extraída de una entrevista de hace varios años. Al salir, el sentido de su discurso es distinto: “Los que me conocen saben que trabajo bien y soy fuerte”. La pieza se titula: “Hola, el capitano”.
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