El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, / Europa PressSi las expresiones de rechazo e intolerancia son un reflejo de la calidad de la convivencia de una sociedad, no es una buena noticia que las denuncias por delitos de odio hayan aumentado en 2019 un 6,8% respecto del año anterior, según el informe elaborado por el Ministerio del Interior. Parte del incremento puede deberse a una mayor sensibilización social frente a un tipo de violencia que genera indefensión, lo cual sería positivo, pues hacerla aflorar es precisamente el objetivo del Plan de Acción aprobado en enero de 2019. Pero la evolución de estos delitos debe ser tomada como una advertencia de que en España están creciendo tanto la intolerancia política e ideológica como la xenofobia.Los delitos más frecuentes son los provocados por motivaciones ideológicas: en total, 596 de los 1.706 hechos denunciados, con un incremento del 1,9% sobre los datos de 2018. Pero el segundo gran bloque lo constituyen los delitos de xenofobia y racismo, con 278 denuncias, a las que hay que añadir 14 más que tuvieron como víctimas a miembros de la comunidad gitana. Además, es el delito que más crece: un 20,9% respecto al año anterior. También aumentan los delitos por orientación sexual e identidad de género (8,6%) y los dirigidos contra personas con discapacidad (4%). El clima de polarización política e ideológica no es ajeno a estos datos. La creciente violencia verbal que se observa en las redes sociales tiene su correlato en un aumento de las agresiones en la calle. A esta situación no es tampoco ajeno el hecho de que la extrema derecha señale en sus discursos públicos a la inmigración y haga bandera política del rechazo a la diversidad sexual. Ahora además dispone de altavoces institucionales desde los que alimenta estereotipos y lanza falsedades sobre los colectivos señalados. La intolerancia que se predica desde las tribunas se convierte en violencia cuando elementos exaltados dan rienda suelta al odio acumulado.El problema es que las denuncias apenas reflejan una parte mínima de la violencia que se ejerce. La Agencia de Derechos Fundamentales de la UE estima que solo se denuncia el 20% de los delitos que se producen, esto es, la mayoría de las agresiones queda impune. Es muy significativo el abrumador predominio masculino entre quienes protagonizan este tipo de violencia: el 83% de los denunciados son hombres y el 54,7% tiene entre 18 y 40 años. Ante estos datos, es importante seguir formando a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de Estado y policías autonómicas para una mejor atención a este tipo de delitos, sensibilizar a los colectivos más vulnerables para que denuncien las agresiones y reforzar la prevención con medidas educativas que fomenten el respeto a la diferencia.
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