El culebrón del verano, al menos en clave perica, ha llegado a su fin. 826 días, 89 partidos y 45 goles después, Raúl de Tomás (27 años) deja el RCD Espanyol y se convierte en nuevo jugador del Rayo Vallecano, conjunto en el que ya militó entre 2017 y 2019 y con el que no podrá jugar hasta que se abra la próxima ventana invernal de fichajes, el 1 de enero de 2023.
8 millones de euros fijos más 3 en variables
Sin duda un regalo de Reyes anticipado para la entidad de la franja, que se lleva al actual premio Zarra -empatado con Iago Aspas- a precio de saldo. La operación, ruinosa para el Espanyol se mire por donde se mire, se cerrará en ocho millones de euros fijos más tres variables y el internacional español, que se encuentra en Madrid desde hace días, firma un contrato por cinco años, hasta el 30 de junio de 2027, después de que este lunes se rubricaran todos los documentos del traspaso.
De remitirse durante todo el verano a su cláusula de rescisión, fijada en 75 millones de euros, a venderlo a un rival directo por, como mucho, 11. Un esperpento que sonroja al espanyolismo, deseoso de explicaciones y todavía incrédulo ante una situación que se ha tornado kafkiana con el paso de los días y que nadie podía imaginar el pasado 14 de mayo, día en el que RDT se enfundó la blanquiazul -gol incluido ante el Valencia- por última vez.
Cierto es que la temporada pasada hubo algún atisbo de que la relación del delantero con el Espanyol se estaba deteriorando, como el episodio en el banquillo del Santiago Bernabéu con Vicente Moreno o sus declaraciones durante una concentración con la Selección en las que dejaba la puerta abierta a una posible salida. Pero ni el gran Quentin Tarantino hubiese escrito este guión, que empezó con el principal activo perico entrenándose junto a los jugadores con los que no contaba un Diego Martínez que siempre se ha ceñido a la versión del club. La de unas “molestias” con las que, supuestamente, llegó RDT después de estar con la Roja.
El Rayo, gran ganador
El desenlace, con el delantero de vuelta a Vallecas, deja al Rayo como el gran ganador y a RDT, que presumiblemente se quedará sin disputar el Mundial, y el Espanyol como grandes perdedores de un relato con capítulos totalmente surrealistas: un ‘deadline day’ de infarto en el que no se llegó a un acuerdo entre clubs después de que el jugador pidiera salir o una pelea entre Martín Presa, presidente del Rayo Vallecano, y el representante del propio De Tomás hace escasos cinco días. Triste final para una historia de amor, la de RDT y el Espanyol, que se tornó en drama y que termina con el mayor fichaje de la historia del conjunto blanquiazul malvendido y enemistado con una afición que le veneró e idolatró durante los dos años y medio que estuvo en Cornellà-El Prat. Tanta paz lleves, como descanso dejas, Raúl.