Hay momentos de partido en los que un equipo necesita baterías nuevas. Un chispazo de electricidad que active sus circuitos y le ayude a impulsarse, a cambiar las tornas. A cerrar su aro o a morder en la pintura contraria. Cuando Marcelo
Nicola observa esos síntomas en el Gipuzkoa Basket, acude a ellos: Julen
Olaizola y Karamo
Jawara.
“Cuando nos pone a los dos en cancha busca esa intensidad que tenemos en defensa y un poco más de movilidad en ataque”, explica el pívot donostiarra. “Podemos ir combinando las posiciones de ‘4’ y de ‘5’ y jugamos un poco con eso. Por ejemplo, el que está defendido por el grande juega el bloqueo directo para poder atacar mejor. Es lo que Marcelo nos pide”.
Un chute de energía al cuadrado que, pese a la derrota, funcionó en Mallorca. La dupla Olaizola-Jawara fue de lo más destacado en Son Moix. El pívot donostiarra fue el jugador con un mejor resultado en cancha. Con él, el GBC ganó por 9. Con el noruego, el marcador fue 6 puntos favorable al conjunto de Nicola.
Jawara, sin embargo, no terminó conforme con su actuación, especialmente en la faceta reboteadora, en la que el Delteco sufrió en exceso. “Como pívot, me lo tomo como algo personal. No estoy satisfecho, sé que tengo que hacer un mejor trabajo para ayudar a mis compañeros”.
“Algunos desajustes en defensa hacen que no puedas cerrar bien el rebote, que hayas cambiado con el pequeño y no puedas llegar al grande”, señala Olaizola. “Son detalles que en otras ocasiones hemos sabido controlar y en esta ocasión, no. Ellos tienen interiores que atacan muy bien el rebote desde fuera, como Chema González (cogió 4 rebotes ofensivos), y no supimos cerrarle”.
A nivel individual, fue uno de los partidos más completos de Olaizola en lo que va de temporada, con 10 puntos y 4 rebotes, además de la intensidad de la que siempre hace gala. Olvidada su grave lesión de rodilla, el donostiarra se siente en su mejor momento del curso. “Eso seguro. Después de la lesión de 9 meses y medio, cada semana que pasa estoy mejor. Llevo más trabajo, más tiempo de mejora de la rodilla, y eso implica estar mejor físicamente. Cada vez estoy con más confianza y creo que Marcelo confía cada vez más en mí”.
Jawara, por su parte, está feliz en el equipo y en Donostia. “Amo la ciudad. Es el equipo en el que me he sentido más cómodo con todos los jugadores. Somos como una familia, todo el mundo se preocupa por sus compañeros. Fuera de la cancha vivo muy cerca del pabellón y la gente de alrededor del equipo es muy amable conmigo, me intenta ayudar en todo lo posible, se interesa por cómo estoy. Estoy muy feliz y agradecido”.
El GBC recibe el domingo (18 h.) en el Gasca al Breogán. “Tienen mucha calidad”, asegura Jawara. “Es un partido duro pero nosotros somos un equipo duro, queremos sacar una victoria y demostrar a la afición que puede confiar en nosotros”.
En Lugo, el conjunto donostiarra firmó probablemente su mejor actuación de la temporada en ataque, llevándose el triunfo por 74-97. Olaizola es consciente de que el del domingo será, probablemente, un encuentro muy distinto. “Repetir un partido como el de allí es muy difícil, casi imposible. Va a ser un duelo durísimo. Ellos han cambiado jugadores, son un equipazo y van a venir aquí a ganarnos. Debemos hacernos fuertes en casa, como hemos hecho durante toda la temporada, y sacar el partido”.
Todo apunta a que habrá un grandísimo ambiente en el Gasca. Sólo quedan 90 entradas a la venta. “Ojalá venga todo el mundo y se quede pequeño”, desea Olaizola.
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