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Olaizola: “Todo el mundo sabe dónde estaba aquél día”

Han pasado 40 años y nadie en San Sebastián olvida dónde estaba o qué hacía aquella tarde en la que la Real Sociedad logró su primer título de Liga en el estadio Molinón de Gijón con el agónico gol de Zamora en el minuto 89. “Todo el mundo sabe dónde estaba aquel día”, rememora uno de los héroes de aquel 26 de abril de 1981, el lateral Julio
Olaizola.

El equipo txuri urdin alzó la Liga 80-81 en la última jornada, empatando a puntos 45 puntos con el Real Madrid (en aquellas ligas en las que las victorias daban dos puntos), con 19 victorias, 7 empates, 8 derrotas y siendo con diferencia el equipo menos goleado del campeonato.

Por entonces el once lo componían los míticos Arconada, Celayeta, Górriz, Kortabarria, Olaizola, Diego, Alonso, Zamora, Idígoras, Satrústegui, y López
Ufarte, un plantel sin extranjeros, un equipo “reclutado de la provincia”.

Una de las piezas indiscutibles de aquella liga fue Julio
Olaizola, lateral que disputó 2.970 minutos en 33 encuentros esa temporada, ausente en un solo partido y que recibió únicamente una tarjeta amarilla en todo el campeonato.

“Pelear hasta el ultimo momento y luchar hasta el final”, fue, según indica Olaizola, la principal virtud de un equipo que en la última jornada de liga y a falta de dos minutos para terminar el tiempo reglamentario veía como por falta de un gol se le escapaba el título.

El éxito del equipo lo atribuye al gen ganador de la plantilla, su constancia, y sobre todo al día a día, a no querer pensar más allá del siguiente enfrenamiento, formas de antiguas del “partido a partido”.

“No queríamos pensar en más allá de un partido. Cuando ganemos ese partido pensaremos en el siguiente, y mientras tanto no. Y a por otro, y a por otro, y a por otro”, recuerda Olaizola.

El gen ganador del equipo txuriurdin se fue forjando a lo largo de varias temporadas. Imposible no recordar la campaña 79-80: “La temporada anterior, esa fue extraordinaria. Nunca la Real Sociedad jugó tan bien como esa temporada”.

Aquella liga del 79-80 fraguó el carácter competitivo de los jugadores: “Es que salíamos al campo y sabíamos que no íbamos a perder, teníamos el convencimiento de que no íbamos a perder. Con una gran concentración en todo lo que hacíamos, oponiendo una gran dificultad al contrario. Nosotros salíamos seguros de que ganábamos. Si metíamos un gol ganábamos”.

La Real rompió récords, su imbatibilidad durante 38 jornadas solo ha sido superada por el F.C. Barcelona en el 2018.

Con aquella campaña pasada sobrevolando la cabeza de los jugadores, los txuri urdin se presentaron en la última jornada de la Liga 80-81 en El Molinón de Gijón hace 40 años con la ventaja de un punto frente al Real Madrid y el golaverage a favor, con lo que un empate bastaba para materializar la gesta.

Comenzó a favor el partido, con penalti a López
Ufarte para la Real Sociedad en el minuto 7 que transformó Inaxio
Kortabarria, pero en el 44 y al comienzo de la segunda parte, el Sporting le dio la vuelta al marcador con goles de Manolo
Mesa.

Protagonista de aquella jugada mítica, en el límite del tiempo reglamentario Olaizola recogió un rechace de la zaga sportinguista e inició la jugada que acabaría siendo historia de la Real. Apertura a Alonso, centro, rechace, intento de disparo de Górriz y gol de Zamora.

Al recibir el lateral, recuerda un pensamiento fugaz que le pasó por la cabeza, una lección que un día le dio su entrenador Alberto
Ormaetxea y que cambió el devenir txuri urdin: “El balón en vertical beneficia al defensa”, una directriz que resonó en su cabeza oportunamente para tomar la correcta decisión de dársela a Perico
Alonso.

Recuerda el pitido final de aquel partido en el Molinón con gran alegría, pero también con una grandísima sensación de alivio por quitarse la losa que cargaba el equipo desde la temporada pasada.

Olaizola reconoce que a día de hoy es “incapaz” de terminar los reportajes de aquella época por la emoción que le generan. Recuerdos de un tiempo que quedan en la lejanía “como que a veces parece que nunca han pasado”.

Todavía hoy hay gente que le para por la calle para decirle que recuerdan su gesta: “Que sepas que te lo digo de corazón y que nos disteis unas alegrías tremendas, estoy muy agradecido a vuestra generación”, relata el exjugador.

“Todo el mundo sabe donde estaba aquel día y lo recuerda con alegría”, rememora el lateral al pensar que hace 40 años, aquel 26 de abril, el equipo se convirtió en historia imborrable de la Real Sociedad.


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