El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el cardenal Juan José Omella, se ha reunido este jueves con el papa Francisco en Roma. Uno de los temas centrales del encuentro ha sido el problema de la pederastia en la Iglesia española, que en estos momentos afronta el inicio de dos procesos de investigación: uno público, liderado por el Defensor del Pueblo por encargo del Congreso de los Diputados, y otro privado, una auditoría encargada por la Iglesia al despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo. Omella ha dicho que aún no tiene claro si la Iglesia formará parte de la comisión de expertos que articule el Defensor: “Estamos pendientes de que él la constituya, de cuáles son los objetivos y cuál es la metodología. Entonces responderemos”, ha afirmado el también arzobispo de Barcelona.
El actual titular en el cargo del Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, dijo el 18 de marzo que le gustaría que representantes de la Iglesia formen parte del equipo de expertos: “Creo que es mejor que estén para poder colaborar en aclarar [lo sucedido]. Si de verdad queremos que este asunto se afronte con consecuencias, que esto no vuelva a suceder y que las víctimas se sientan reconocidas. A mi juicio es bueno llamar a que esté presente un representante de la Iglesia católica en esa comisión”. El secretario general de la CEE, Luis Argüello, comentó el 11 de marzo: “Formar parte de la comisión que cree el Defensor, a priori, sin saber cuál es la propuesta, nuestra inclinación sería negativa”.
Omella no se ha manifestado negativamente ante la posibilidad de participar en la comisión, pero sí la ha condicionado a la propuesta del organismo que dirige Gabilondo. De momento, no se conocen los detalles sobre esta comisión. En lo que no ha sembrado dudas el presidente de la CEE es en la colaboración de la Iglesia con esa investigación: “Nosotros, en el tema del Defensor del Pueblo, siempre hemos dicho [que habrá] una colaboración con todo el mundo”. “Pensamos siempre en escuchar, acompañar y atender a las víctimas, que es lo que nos interesa. Todas las comisiones que hay y todo lo que se les pueda ayudar, fantástico”, ha añadido.
El arzobispo de Barcelona ha asegurado que el Papa le ha animado “a seguir en este camino” en lo que respecta a la investigación de la pederastia. “Nos ha animado para caminar en ese camino de acompañar a las víctimas porque son el centro de todo, colaborar en todo, que es lo que nosotros hemos dicho y queremos hacer, y sobre todo prevenir para que en el futuro estas cosas no vuelvan a suceder”, ha comentado Omella.
En la reunión en la Santa Sede, la delegación española de la Iglesia también ha hablado de la auditoría del despacho de abogados: “Le hemos comentado de quién estaba compuesta, los nombres que salieron ayer. Estaba interesado y lo ha escuchado con mucho interés y hacía sus aportaciones, en sentido positivo”. Omella ha destacado que van a dar libertad en el desarrollo de los trabajos: “No vamos a intervenir nosotros”. Muchas víctimas han expresado su rechazo a que, después de años de actitud obstruccionista y negacionista respecto a la pederastia, la Iglesia elija cómo investigarse a sí misma. La otra gran crítica de algunas asociaciones de afectados respecto a esta investigación es que el presidente del bufete, Javier Cremades, es miembro del Opus Dei.
Hace algo tres semanas la CEE aportó por primera vez una contabilidad de denuncias recibidas, recogidas a través de las oficinas para víctimas habilitadas por diócesis y órdenes religiosas por imposición del Papa. Argüello habló de 506 denuncias, sin precisar el número de afectados o de abusadores. Según los datos de este periódico, en España hay al menos 614 casos y 1.264 víctimas. Estas cifras están lejos de la realidad del problema, según denuncian los expertos. En un país como Francia (con 67 millones de habitantes, 20 más que España), la comisión investigadora calculó que había al menos 216.000 víctimas desde mediados del pasado siglo.
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