La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) hizo un llamado a Nicaragua a permitir la celebración de procesiones religiosas, después de que el gobierno de Daniel Ortega las prohibió.
“Su prohibición generalizada viola la libertad religiosa, que exige que todas las personas puedan ejercerla individual y colectivamente, tanto en privado como en el ámbito público”, advirtió.
El Gobierno de Nicaragua, a través de la Policía Nacional, prohibió a la Iglesia sacar a los santos a las calles desde febrero pasado, cuando no les autorizó celebrar las procesiones de viacrusis durante la Cuaresma.
La orden policial fue adoptada después de que el presidente de Nicaragua y jefe supremo de la Policía Nacional, Daniel Ortega, tildara de “mafia” a sacerdotes, obispos, cardenales y al papa Francisco.
A raíz de ello, en febrero, funcionarios judiciales cercanos a Ortega sentenciaron al obispo católico Rolando Álvarez, un crítico abierto del Gobierno, a 26 años de prisión luego de que fuera condenado por traición y otros cargos, un día después de que el clérigo se negara a ser expulsado a Estados Unidos.
Ante esto, el El Alto Comisionado de OACNUDH, Volker Türk, pidió a las autoridades para que liberen al arzobispo y otras 37 personas de instituciones religiosas que han sido “detenidas arbitrariamente”.
Por su parte, el Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh) denunció a través de sus redes sociales que “la prohibición de procesiones de cuaresma y Semana Santa en Nicaragua son una flagrante violación a la libertad de conciencia, religión y libertad de expresión”.
“Este año, sin procesiones a nivel nacional, la Semana Santa estará incompleta, mutilada, faltará el cuerpo de la participación popular, pero ante tanta represión el fervor del pueblo debe resistir y fortalecerse”, indicó ese organismo, que vaticinó que “más temprano que tarde los nicaragüenses volverán a salir en procesiones y en libertad”.
El mes pasado, el Ortega rompió relaciones con el Vaticano en una escalada de su confrontación con el clero católico, luego de los comentarios del Papa Francisco que describieron a su gestión como una “dictadura grosera”.
La postura de Ortega contra la iglesia, incluidas las órdenes de la policía de prohibir las procesiones callejeras de Semana Santa este año debido a preocupaciones de seguridad no especificadas, se ha enfrentado con una mezcla de miedo y determinación entre los católicos de la nación.
(Con información de Reuters y EFE)
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