Osaka: “Está bien no estar bien”

Naomi Osaka, en la portada de la revista 'Time'. / Williams & Hirakawa
Naomi Osaka, en la portada de la revista ‘Time’. / Williams & Hirakawa

Tras más de un mes de silencio, la tenista Naomi Osaka ha reaparecido en la revista Time, en la que publica una misiva titulada “Está bien no estar bien (It’s ok to not be ok)”. A través de la carta, la tenista japonesa, de 23 años, explica cuáles son sus sentimientos después del revuelo generado tras su abandono en Roland Garros, donde se negó a comparecer ante los medios de comunicación por una cuestión de salud mental. En resumen, la campeona de cuatro grandes argumenta por qué actuó como actuó en París, y detalla cómo es su relación con la prensa. De nuevo, Osaka vuelve a poner énfasis en la protección anímica de los deportistas de élite y viene a decir que, desde su punto de vista, el modelo comunicativo se ha quedado obsoleto.

Más información

De entrada, la tenista lamenta que el mundo esté “dividido” y que debería haber previsto las consecuencias de su silencio, puesto que fueron “ferozmente contestadas” iniciativas como “llevar una máscarilla [con nombres de personas negras asesinadas por la policía de EE UU] o arrodillarse para mostrar apoyo antirracista”. Y a continuación, lección dos, dice, se ha dado cuenta de que “literalmente, todo el mundo sufre problemas relacionados con su salud mental o conoce a alguien que los sufre”, dada la gran cantidad de mensajes que ha recibido desde que el pasado 31 de mayo anunciase que abandonaba el torneo francés, después de que incumpliera el protocolo y de que los organizadores la multasen y la apercibieran de expulsión.

Osaka, ausente en Wimbledon por decisión propia y que regresará a las pistas en los Juegos Olímpicos de Tokio –del 24 de julio al 1 de agosto, en el caso del tenis–, profundiza en su relación con los medios. Explica que el nexo siempre ha sido “increíble” y que ha ofrecido “numerosas entrevistas en profundidad, individuales”, por encima de otros profesionales, y que el problema nace de la fórmula: “No se trata de la prensa, sino del formato de las ruedas de prensa. Amo a la prensa, no amo a las conferencias de prensa”. Según ella, “está desfasado y necesita una gran renovación” con el objetivo de hacerlo más interesante; “menos sujeto vs. objeto. Más de igual a igual”.

Escribe Osaka que su intención no fue nunca “originar una revuelta” y que si decidió lo que decidió fue para protegerse. “Y lo mantengo, los deportistas somos humanos”. Recuerda que solo ha faltado a una rueda de prensa en sus siete años de carrera en la élite y que no imagina otra profesión en la que “un récord de asistencia constante sea tan duramente escrutado”.

En este sentido, reclama mayor laxitud y apunta directamente a los rectores del circuito y Roland Garros al subrayar que se sintió “muy presionada para revelar mis síntomas, francamente porque la prensa y el torneo no me creyeron”. La nipona, que posee el récord de ingresos anuales –34,2 millones de euros, según el último informe publicado por la revista económica Forbes–, solicita medidas de protección, sobre todo para aquellos que son más frágiles, a la vez que pide “cierto nivel de privacidad en su próximo encuentro con los periodistas”.

Osaka, en la portada del último número de 'Time'.
Osaka, en la portada del último número de ‘Time’.

Osaka contempla “numerosas sugerencias” para los jerarcas del tenis, pero la primera, precisa, sería eximir al jugador o la jugadora de sus compromisos con la prensa un “pequeño número de días al año por enfermedad”, sin tener que exponer los motivos. De esta forma, dice, “alinearía al deporte con el resto de la sociedad”, mientras agradece el apoyo que le han mostrado compañeros del circuito y personalidades públicas como Michelle Obama, Michael Phelps, Steph Curry, Novak Djokovic o Meghan Markle, así como a sus patrocinadores, “liberales, empáticos y progresistas”.

Antes de volver a los focos en Tokio y de que se estrene una serie documental sobre ella en Netflix, recuerda que es introvertida por naturaleza y que no le gusta ser el centro de atención, y que su esfuerzo por defender lo que considera correcto tiene el coste de una “gran ansiedad”. Y cierra: “Espero que la gente se sienta identificada y entienda que está bien no estar bien y que está bien hablar de ello. Hay gente que puede ayudar, y normalmente hay luz al final de cualquier túnel. Michael Phelps [plusmarca de medallas y oros en los Juegos] me dijo que al hablar podría haber salvado una vida. Si eso es cierto, entonces todo ha valido la pena”.

Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.




Source link