Osasuna se lleva un partido trepidante frente al Alavés

Se vieron seis goles, pero pudieron ser muchos más. Osasuna y Alavés protagonizaron una oda al fútbol de ataque en un El Sadar que ya acumula 31 partidos consecutivos sin ver perder a su equipo. En un partido de vértigo, donde pasó de todo, el cuadro rojillo se impuso al equipo vitoriano y se asoma a las plazas que dan acceso a Europa. También reseñable fue el hito que consiguió Lucas Pérez, quien marcó por sexto encuentro consecutivo y entró en la historia del Alavés.

Osasuna fue el primero en golpear al aprovechar los espacios que dejaba atrás el Alavés. Rubén
García marcó el primer gol de la tarde, una diana que tuvo algo de suspense con la revisión del VAR, que finalmente lo dio como válido.

El conjunto rojillo se gustaba y hacía disfrutar a sus aficionados con un juego vertical que siguió dando sus frutos. El Chimy
Álvila enloqueció aún más el coliseo navarro conectando de primeras un centro lateral y mandando el balón al fondo de la red. Un gol de bandera.

Pese a llevar dos goles en contra, el Alavés no se amedrantó y recortó distancias con un tanto de su capitán, Laguardia, que de palomero hizo el 2-1.

Antes de llegar al descanso, el VAR volvió a aparecer para señalar unas manos dentro del área de Duarte que habían pasado inadvertidas. Roberto
Torres no falló transformando el penalti con una paradiña.

Si el primer tiempo fue de locos, el segundo amaneció de la misma manera. En el 50’, Pere
Pons recibió dentro del área y amagó con el disparo antes de ceder el balón a Wakaso. Nacho Vidal picó y derribó al catalán con claridad. Desde los once metros, Lucas
Pérez anotó por sexto partido consecutivo con el Alavés, superó el récord de Wilson
Alfredo
Jones con el equipo vitoriano y además metió al cuadro babazorro en el partido, aunque fuese solo momentáneamente.

Sin tiempo para respirar, el colegiado señaló un nuevo penalti, el tercero de la tarde, por unas claras manos de Manu
García dentro del área. Roberto Torres cedió a Juan Villar la responsabilidad del lanzamiento de los once metros y éste no falló, colocando el 4-2 en el marcador.

Pese al abultado resultado, Osasuna siguió atacando con todo y pudo marcar algún gol más de no ser por el travesaño, que repelió el tiro de Nacho
Vidal y de Íñigo
Pérez.

El marcador ya no se movería más, pero antes del final el público de El Sadar quiso ovacionar a sus jugadores y los del Alavés por brindarles tan bello partido.