El fútbol es muchas veces impredecible y la actual situación de jugar tres partidos cada 72 horas refuerza esa teoría. No hay dudas de que la Real no ha vuelto bien tras el parón después de marcharse al confinamiento con rumbo fijo a la Champions mientras que ahora peligra incluso su plaza de Europa League. En las primeras dos jornadas tras Covid, los de Imanol han quedado en evidencia tras empatar y caer ante Osasuna y Alavés realizando dos malos encuentros.
Tanto Jagoba
Arrasate como Asier
Garitano se impusieron en la pizarra a su amigo para rascar uno y tres puntos. Esas buenas sensaciones para navarros y alaveses han quedado totalmente dilapidadas tras cuajar grandes partidos contra la Real. Y es que en la siguiente jornada, Osasuna y Alavés, han caído con contundencia dejando en mal lugar a la Real.
Los rojillos perdieron el miércoles ante el Atlético de Madrid, que le endosó una dura manita en El Sadar (0-5), donde el Osasuna mostró una versión muy lejana a la vista en Anoeta. Más de lo mismo en el conjunto babazorro. Tras cuajar un gran partido ante la Real (2-0), sobre todo en la planificación y ejecución del encuentro, los de Garitano han realizado hoy en Vigo su peor partido de la temporada mostrándose como un rival endeble y sin capacidad de reacción. El Celta, necesitado de la victoria, ha golpeado sin piedad al Alavés para conseguir un doloroso set en blanco (6-0). Así las cosas, la Real tiene ante el Madrid la oportunidad de dar un golpe encima de la mesa para dejar de lado la mala racha y demostrar que los encuentros ante pamploneses y alaveses fueron meros deslices.
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