A pesar de los rumores sobre acercamientos con FIBA y de las demandas de los colectivos de jugadores y entrenadores sobre la necesidad de aligerar el calendario, la asamblea de accionistas de la Euroliga no sólo no ha optado por reducir el número de jornadas sino que se ha decidido a incrementarlas con un play-in que amenaza con ‘quemar’ un poco más a un pequeño grupo de equipos entre los que no estará la élite seguramente.
Ese precio que tienen que pagar ciertos equipos (sobre todo jugando también en una liga tan fuerte como ACB) fue una de las razones por las que el Gran Canaria descartó ejercer el derecho de participación en Euroliga a pesar de haberlo ganado en la pista con la brillante conquista de la Eurocup. “Participar en la Euroliga no es como ascender en la que lo peor que te puede pasar es que vuelvas a bajar. La participación en la Euroliga no garantiza estar en Eurocup la temporada siguiente”, explicaba el presidente del ‘Granca’, Sitapha Savané, en una rueda de prensa impagable.
Savané dibujó la lamentable situación a la que están sometidos los clubs que llegan a la Euroliga con invitación o promocionados, que casi no da ni para cubrir el incremento de presupuesto de viajes. “Y luego está el reparto de los beneficios por televisión y patrocinios. Esta cantidad va de unos 45 millones y solo se reparte entre los licencia A, de ahí no ingresaríamos nada”, añadía.
Con estas condiciones, las perspectivas de futuro y crecimiento del club insular eran tan negras que la decisión parecía obvia. Lo que no tiene ningún sentido es que el club insular apueste un año más por seguir en la Eurocup visto que los ingresos que proporciona la competición no superan los de la Champions y de que el premio de ‘subir’ a Euroliga no está al alcance. Habrá que desear suerte a los claretianos en esta nueva etapa y confiar en que, si repiten presencia en la final, tengan la suerte de contar con tan buena entrada en el Arena como la última vez.
El ‘chasco’ del Gran Canaria constata el fracaso del sistema de Euroliga, una liga de alto nivel deportivo con buen producto pero cada vez más cerrada, en la que ya no están todos los que podrían estar (no sólo por la ausencia de los rusos) y cuya aportación al crecimiento global del basket queda en duda.
No hay más que poner en contexto la decisión de mantener el mismo cartel de participantes que la pasada campaña, otra decisión de este jueves. Eso quiere decir, por tanto, que la asamblea de los accionistas de la Euroliga, entre los que se cuenta Baskonia (que acabó en quinta posición esta temporada en ACB), decide mantener la misma a un invitado como el Valencia, que finalizó octavo de la ACB sufriendo hasta la última jornada para entrar en playoff.
Está claro que los méritos deportivos pasan cada vez más a segundo plano.