Por si el último All-Star no estuviera rodeado ya de suficiente controversia, sólo que le faltaban ya los datos para terminar de ‘rematarlo’. Y es que, según datos del portal Sports Media Watch -de los que se hacen eco varios medios estadounidenses-, el partido de las estrellas registró unos mínimos de audiencia de récord con un rating de 2,2 y 4,59 millones de telespectadores entre los canales de TNT y TBS. Los mínimos anteriores se situaban en un rating de 3,1 y una cifra de 61,1 usuarios.
Así pues, se trata de una caída muy sensible, con 1,5 millones de telespectadores menos que el anterior récord negativo y un descenso del 27% de la audiencia con respecto al All-Star de 2022. La NBA ha puesto énfasis en sus redes en el récord de seguimiento registrado en plataformas digitales como Twitter, Instagram y la app de la liga, pero los datos televisivos dicen lo contrario.
El producto más atractivo del fin de semana de las estrellas -ese All-Star Game del domingo-, supuso un polémico cierre al evento por la supuesta poca intensidad con la que se tomaron el encuentro muchos de los astros con el 184-175 del Team Giannis contra el Team LeBron. Lo reconocieron hasta los propios protagonistas, con Jaylen Brown y Michael Malone entre las voces críticas. “Esto no es baloncesto”, llegó a decir el escolta de los Celtics.
El récord negativo supone un duro golpe para el All-Star, sobre todo, cuando el tipo de ‘show’ del partido de las estrellas se supone que es lo que más se adecua a los gustos del público. No obstante, también hay que tener en cuenta el contexto de este All-Star celebrado en Salt Lake City, con bajas como las de Stephen Curry y Kevin Durant por lesión y la participación reducida de Giannis Antetokounmpo y LeBron James por el mismo motivo.
El griego apenas estuvo 20 segundo en pista, mientras que el estadounidense no jugó la segunda parte por una contusión en la mano.