En los 7 años anteriores, cuando Mercedes dominaba a placer la F1, solo se preocupaba de su rendimiento, sin mirar en casa ajena. Solo la excepción de la enorme y sorprendente mejora del motor de Ferrari de 2019 les hizo quejarse de una posible irregularidad que acabó con una directiva técnica y una sanción encubierta a los italianos. Esta vez, en 2021, su rival no viste de rojo, sino que es Red Bull. Y en esta ocasión, la oposición es mucho más fuerte y feroz que la de los italianos. Este año, Mercedes ha perdido su enorme superioridad fruto de unos cambios de reglamento que afectaron al fondo de los monoplazas, que benefició a Red Bull y perjudicó a Mercedes. El resultado, un inicio de Mundial tremendamente apretado, con dos grandes candidatos al título, Hamilton y Verstappen. Es por ello, que Mercedes ahora sí mira al jardín de su rival, intentando ponerle palos en las ruedas a través de la normativa para tratar de frenarle y ponerle nervioso. Y es que en la F1 no solo se gana en pista, en el muro y en la fábrica. También se gana en los despachos. Eso es lo que pretende Mercedes tras conseguir ralentizar a sus rivales este año con varios cambios de directiva posteriormente impuestos por la FIA. Lo hicieron con la flexión del alerón trasero de Red Bull, mostrando su sorpresa por las presiones de las gomas de sus oponentes y apuntando a la velocidad de las paradas de los de Milton Keynes. Pero su tarea no ha acabado. Desde el GP de Francia, Hamilton, Bottas, Wolff y todo el equipo apuntan hacia otro elemento diferencial: El motor.
A partir de la carrera de Paul Ricard, Red Bull no podía tener la flexión de su alerón trasero que tanta polémica había generado. Parecía entonces que Mercedes podía sacar tajada de ello. Pero los de la estrella se vieron sorprendidos en recta por un Red Bull extremadamente rápido. Hamilton, desde entonces, no ha dejado de repetir por radio en muchas ocasiones, y también en todas sus comparecencias de prensa, que Red Bull es “más rápido”, mostrándose sorprendido por su aumento de velocidad en recta. La insistencia no es casualidad. Quiere así dejar entrever lo que en Mercedes consideran como una posible irregularidad de Red Bull en cuanto a su motor, para por lo menos, forzar una investigación. ¿Por qué? Por una sencilla razón: En 2021, la normativa indica que no se pueden presentar evoluciones de rendimiento en el motor. Pero atención: Sí se puede mejorar la fiabilidad.
Casualmente, en aquel GP de Francia, Red Bull montó un nuevo motor. No lo venden como una nueva especificación, pero sí destacan una mejora en su fiabilidad. Si un motor es más fiable, es posible apretarlo más, y por lo tanto, obtener más velocidad. Esa es la defensa que parece usar Honda. Pero para Mercedes, según la prensa internacional, sus adversarios han obtenido unos 18 caballos más de potencia. Algo por lo que no dejan de mostrar sus sospechas.
Las sospechas de Wolff
“Han dado un gran paso adelante con su unidad de potencia, la introducción de la segunda unidad de potencia. Y su coche de carreras es bueno, de eso no hay duda”, expresó Wolff en Paul Ricard. “No se nos permite avanzar. No sé a qué se refiere”, respondió Chris Horner, apuntando que las sospechas de Mercedes no estaban fundamentadas y que estaban poniendo el foco en el lugar equivocado. Horner dejaba claro que su mejora de velocidad se encontraba en su alerón, más pequeño y simple que el de Mercedes.
La respuesta de Red Bull y Honda
“Es la misma especificación de motor que la primera unidad. Hemos usado un alerón trasero mucho más pequeño, por eso el rendimiento en línea recta fue fuerte. Creo que Honda está haciendo un gran trabajo, pero no vemos un aumento significativo en la potencia”, comentó el Team Principal británico.
“Por el lado del equipo, estamos introduciendo nuevas piezas para que podamos evolucionar en cada carrera. La unidad de potencia es la misma especificación todo el tiempo, pero estamos aprendiendo mejor cómo usar la gestión de energía… para cada carrera. Estamos analizando las características de cada circuito y creo que estos desarrollos diarios están conectados con la mejora actual”, expresaba por su parte el director técnico de Honda en la F1, Toyoharu Tanabe.
Hamilton volvió a la carga
Pero tras ello, en el GP de Estiria de F1, Hamilton volvió a la carga, de nuevo mostrándose sorprendido ante la velocidad del Red Bull en recta con varios mensajes por radio, para que todo el mundo le escuchara. Y ante las prensa, más de lo mismo. “No sé qué haré cuando pongan en marcha ese motor”, decía el viernes. El sábado decía que no tenía mucho que hacer ante la velocidad en recta de su oponente en la clasificación. Y el domingo,
Hamilton insistía y pedía mejoras a su equipo
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“La semana que viene no habrá mucho que pueda hacer”, dijo sobre el GP de Austria de F1 de este fin de semana. “Tenemos que encontrar rendimiento, tenemos que traer una mejoras, tenemos que empujar, no sé si es en el alerón trasero, una mejora en el motor, pero tenemos que encontrar algo de rendimiento”, añadía. Y acto seguido, Toto Wolff aseguraba que su conjunto ya había paralizado las evoluciones de este año para centrarse en la creación del coche de 2022. ¿Farol o realidad? Sea como fuere, la velocidad de Red Bull en recta seguramente seguirá trayendo cola. Y visto lo visto, no tiene pinta de que esta vaya a ser la última pelea entre ambos conjuntos ante las cámaras.
Múltiples cambios ‘anti-Red Bull’
Desde el inicio, Mercedes no dejó de protestar. Primero, por las reglas de este año, posteriormente llegaría la polémica por la flexión de alerón del Red Bull, por el que según Mercedes sus rivales lograban más velocidad en recta. A su vez, Red Bull avisaba en palabras de Christian Horner, destacando también la flexión del alerón delantero del Mercedes. Casualidad o no, ello derivó en un cambio en las verificaciones que hizo que los de Milton Keynes ya no pudieran flexar su alerón trasero desde Paul Ricard, y en la carrera anterior, en Bakú, Mercedes seguía con sus quejas, sin comprender cómo podían seguir usándolo. Pero esto no se acaba aquí.
En Bakú, el pinchazo de Verstappen a poco para el final acabó con la FIA dejando entrever que los de Milton Keynes jugaban con las presiones tras la verificación inicial a través de las temperaturas de las mantas térmicas. No infringían el reglamento, que indicaba que las gomas no debían estar por debajo de las presiones mínimas impuestas por el suministrador de gomas, pero la duda de Pirelli estaba en si al final de la carrera, sus presiones eran siempre menores para tener menos degradación y mejor ritmo de carrera. Eso hizo que se cambiaran las inspecciones y se añadiera otra más al final de carrera, en la que Red Bull también debía cumplir con las presiones mínimas con el objetivo de que los de las bebidas energéticas no pudieran aprovechar el anterior vacío en el reglamento.
Posteriormente, llegó otra medida anti-Red Bull. El conjunto dirigido por Horner es el mejor en los pit stops, el más rápido y eficiente. Esto no preocupaba a Mercedes en los años anteriores, porque eran claramente superiores. Pero en carreras tan apretadas como las de este año, una buena parada puede ser decisiva en la lucha en pista. Varios equipos mostraron su preocupación por la enorme velocidad en las paradas de Red Bull, por la probabilidad que había de que algún coche saliera con una rueda mal fijada. Y la FIA volvió a hacerlo. Realizó otro cambio en la directiva técnica que se implantará a partir del GP de Hungría, estableciendo tiempos mínimos para la reacción y ejecución de los mecánicos en alguna de sus maniobras. Otra medida para ralentizar a los Red Bull.
A ello hay que añadirle la
polémica inicial de Hamilton y Verstappen por las veces que se saltó los límites de pista el inglés
en la primera carrera del año para ganar a Verstappen, algo por lo que el británico no fue sancionado. Solo han pasado 8 carreras y la pelea no ha hecho más que empezar.
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