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Otro problema a balón parado


Tres de sus últimos cinco goles en contra con el mismo origen, el balón parado rival, inciden en otro problema del Atlético de Madrid, mientras acumula empates, ocho en los 15 últimos partidos; reduce victorias -cinco en 15 duelos- y multiplica sus tantos recibidos, seis en sus cinco encuentros más recientes.



En Sevilla, una falta lateral y la estrategia de su adversario supuso el 1-0, luego nivelado por Álvaro Morata; en Leverkusen, con un primer tiempo infame, fueron una evidencia tales dificultades, porque cada córner cerrado al primer palo fue sinónimo de caos en el equipo rojiblanco, incluido el primer gol del choque; y en Granada, este sábado, el empate surgió desde un saque de esquina y remate.

“Hay que seguir trabajando para encajar menos. Trabajar el balón parado es difícil, pero intentaremos seguir mejorando. Es cuestión de agresividad e intensidad individual”, expuso el argentino Diego
Simeone en ese sentido tras el 1-1 en el Nuevo Los Cármenes y con la visita a Turín del próximo martes ya a la vista de forma inminente.

Allí, el 12 de marzo de este mismo año, sufrió uno de los batacazos más sonoros de los últimos tiempos, cuando el Juventus le remontó el 2-0 de la ida en el Wanda Metropolitano y le eliminó en los octavos de final de la Liga de Campeones, con una cantidad inusual de centros laterales y con dos goles de remates de cabeza.

Ahí mira ya el Atlético, que retomó este domingo el trabajo en la Ciudad Deportiva de Majadahonda, donde este lunes tendrá una nueva sesión antes de partir hacia Turín con Saúl Ñíguez y Thomas
Partey de vuelta al equipo, tras cumplir sanción, y sin al menos cuatro futbolistas, bajas seguras por lesión: los defensas José María Giménez, Stefan Savic y Sime Vrsaljko y el delantero Diego Costa.

La dinámica reciente en varias perspectivas advierte al Atlético, que ha recibido en los últimos cinco partidos los mismos goles en contra, seis (uno del Granada, del Espanyol, del Sevilla y del Alavés y dos del Bayer Leverkusen), sin una sola portería a cero de Jan Oblak, que en los trece choques anteriores, cuando sólo le batieron la Real
Sociedad (2-0), el Juventus (2-2) y el Eibar (3-2).

El portero esloveno ha pasado, a la vez, de un solo gol en contra en ocho encuentros, con siete con su marco indemne -sólo logró marcarle un tanto en ese tramo Dani Parejo de falta directa en el 1-1 para el Valencia en el estadio Wanda Metropolitano-, a seis dianas en los cinco duelos recientes, todos con goles encajados.

Más dudas para el Atlético, que cambió su cara en su puesta en escena como visitante en su visita a Granada, pero que tampoco ganó de nuevo lejos de su estadio. Y ya es más una rutina que un hecho excepcional. De sus últimas 17 salidas en la Liga, entre el tramo final del pasado curso y el actual, venció en siete. En diez, no.

Una merma indudable, clave por ejemplo la pasada campaña para no competir la Liga con el Barcelona hasta el final -el conjunto azulgrana obtuvo un beneficio de 17 puntos con los primeros 14 partidos como visitante del Atlético en la anterior temporada- y preocupante, porque no es sólo de ahora, sino que viene de atrás.

Entre tanto, su irregularidad sigue inalterable. De sus últimos quince encuentros oficiales, cuatro de la Liga de Campeones y once de la Liga, ya sea en casa como fuera, ha ganado un tercio, cinco, con ocho empates y dos derrotas. Y en concreto en el campeonato nacional, ha vencido tres de las últimas once jornadas del torneo: 3-1 al Espanyol, 2-0 al Athletic Club y 0-2 el Mallorca. Nada más.

Es decir, que, contando sus siete empates y una derrota en ese tramo, el Atlético ni siquiera ha sumado la mitad de los puntos en disputa, 16 de 33, después de su resolutivo comienzo de la Liga con tres victorias consecutivas, aunque continúa cerca de la cabeza de la tabla, a tres puntos, y con las aspiraciones todavía intactas, cuya exigencia está definida desde hace años: competir por la cima.


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