Desde que Florentino Pérez puso el proyecto de la Superliga sobre la mesa encontró el rechazo frontal de Al Khelaifi, firme y fiel a la UEFA y a su competición estrella, la Champions. En ese sentido, el presidente del PSG, también al frente de la ECA, ha reiterado en numerosas ocasiones que formar parte de la élite tiene que merecerse, no darse por descontado. Una realidad que, a priori, parece amenazada con la esencia de la Superliga.
Para explicarse, Al Khelaifi ha utilizado el tenis como argumento: “Se habla mucho de Nadal y de Federer. Son dos de los mejores atletas de la historia del deporte y no es porque se hayan enfrentado siempre, sino porque han trabajado muy duro. Cualquier partido fue importante para ellos, independientemente de la clasificación y el rival. Nunca pidieron una liga cerrada entre los doce mejores tenistas”, se ha referido recientemente.
Las diferencias entre Al Khelaifi y Florentino Pérez por la Superliga, sumado al caso Mbappé, han propiciado que la relación entre ambos dirigentes sea inexistente. El presidente blanco, en la última asamblea de compromisarios, hizo mención precisamente al ejemplo entre Nadal y Federer, algo que no gustó nada a su homólogo en París: “Por favor, que no utilicen sus grandes nombres para justificar sus fracasos”, concluyó.