El western se desarrollaba con lentitud. Hasta las más antológicas entregas del género discurren a ritmo pausado y Anoeta era uno de esos condados del lejano Oeste. La Real entraba en territorio comanche y junto al establo colgaba un cartel con el escudo del Cádiz. Ponía ‘wanted’. Se busca. Terreno abonado para los más despiadados pistoleros.
Mikel
Oyarzabal galopa a lomos de un purasangre mientras el resto calcula la duración de la película. Otro tratado pragmático del mediapunta, bestial en su papel de sheriff. Otra tarde que controla con la categoría que atesora para decidir.
Oyarzabal aniquiló al Cádiz en 10 minutos. El suspiro entre el penalti que anotó engañando por completo a Ledesma y la prodigiosa acción que le desmarcó del resto en el 2-0. Un compendio de técnica desde los once metros, sagaz lectura en el desmarque y finura en la definición. Fueron los dos goles que sacaron al Cádiz de Anoeta, a toda velocidad, sin tiempo para pensar.
Isak es un vaquero de similar estirpe. Directo al fundamento. Las florituras, para la colección de melodramas. En medio de un tiroteo, ‘no hay perdón’. Que se lo digan a Clint
Eastwood. El sueco desenfundó y se quedó solo. Cinco minutos de fuego a discreción. Un remate cruzado a ras de hierba, a pase de Januzaj, y un suave cabezazo en un rechace, ipso facto. Oyarzabal había apretado el botón del pánico. Isak ajustició a los villanos.
18 goles entre los dos en Liga
Los más rápidos del Oeste dieron el triunfo a la Real. Oyarzabal liquidó un asunto pendiente: el penalti que falló en la tanda de la Supercopa. En un partido no falla. Ha marcado los 16 que ha lanzado.
Fue el décimo gol en Liga de Oyarzabal. Lleva 12 con el que hizo en la Copa y el anotado en la Supercopa. Dos menos que su récord en una temporada (14 en la 17/18). Acumula 62 en la Real. De largo, es el máximo goleador de la plantilla.
Isak se fue hasta los ocho con su doble factura contra el Cádiz. Uno menos que los nueve de la Liga anterior. Entre el escandinavo y el guipuzcoano suman 18 este curso en Liga. El 50% de los 36 que lleva la Real. Nadie aprieta el gatillo con el acierto de Isak y Oyarzabal, los especialistas de la artillería.
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