Mikel Merino sostiene que su compañero y tocayo Mikel Oyarzabal está “en la rampa de salida” de su vuelta a los terrenos de juego: “Igual vuelve más pronto de lo que muchos pensáis”, sostiene el navarro en una entrevista en Radio Marca Donostia, pese a que el ’10’ todavía no se entrena con el grupo. “Mikel ha pasado una lesión muy complicada y requiere su tiempo”, advierte, para justificar que han pasado nueve meses ya desde su lesión: “Lo que se quiere es que esté bien, volver a ver a Mikel que él quiere ver”, aporta. Aunque en algunas imágenes, el eibarrés aparece triste y como peleado con el mundo, Merino dice que “está animado de puertas para adentro” y esgrime que “se le ve con la alegría del que está cerca de volver”.
Otros futbolistas como Carlos Fernández y Ander Barrenetxea no terminan de salir del túnel de problemas físicos en el que se metieron hace tiempo: “Se les intenta dar cariño y ánimo. Me imagino lo duro que estará siendo para ellos”, dice el ‘8’ de la Real, que celebra la “suerte” que está teniendo este año de no ser víctima de la “cantidad de golpes” que recibió el pasado, que le lastraron en parte.
Su ausencia de la selección
Merino, por otra parte, no cree que su ausencia de la selección española se deba a haber forzado en exceso con la Real: “Si no he ido es porque en los momentos en los que he estado no he dado el nivel que él quería de mí”, dice, refiriéndose a Luis Enrique. “Yo pienso al revés; por lo bien que lo he hecho en la Real he podido ir a la selección”, aunque ya hace un año que no se viste ‘la roja’. Desde luego, el hecho de no ser llamado no va a cambiar si habitual proceder: “Me debo al club al que pertenezco y no puedo pensar en dejar de hacer algo por ir a la selección”, afirma, convencido.
Merino confiesa que no perdió hasta el final, hasta el momento de dar la lista definitiva la “esperanza” y las “ganas” de ir al Mundial de Qatar. Pensó que quizá el entrenador se podía decidir por él viendo sus “últimas actuaciones” o convencido de que “viera en mí un perfil diferente”. Pero eso no pasó. “No tengo que achacar a nadie y no le he dado muchas vueltas, pero sí que tenía un ojo puesto”.
Ahora se le abre un nuevo horizonte con Luis de la Fuente, a su juicio, “un gran entrenador que gestiona muy bien con los grupos, empatiza con nosotros y toma buenas decisiones en momentos de presión”. Además, el riojano ha contado con Merino en las categorías inferiores y le llevó a los Juegos Olímpicos pese a que pasaba el límite de edad.
Merino cree que la Real tiene nivel para pelear por la Champions, aunque le da cierto respeto decirlo porque es el campo “donde se reparten los puntos” y eso que hay demostrarlo ahí.
El navarro disputa su quinta temporada en la Real y aunque admite que “mis bases y mis valores siguen siendo los mismos”, se considera una persona y un jugador distinto, “mucho más maduro”: “La cultura de Zubieta y de Gipuzkoa te llega y te cambia. Estoy muy contento”.