Pocos momentos más emotivos se recuerdan en la historia del Estadio de Anoeta. La convocatroria de Mikel Oyarzabal ya había encendido la emoción de unos ‘realzales’, locos por volver a ver a su ídolo de nuevo vestido de corto. Cuando comenzó a calentar allá por el minuto 70 del encuentro ante Osasuna esa esperanza se hizo carne y el 2-0 ofrecía el mejor escenario. Y el paroxismo llegó en el minuto 86. Anoeta se vino abajo y el capitán no pudo sino responder con aplausos a tamaña demostración de cariño cuando saltó al campo sustituyendo a Sorloth. Imposible reprimir la emoción. 35.000 personas rendidas a un jugador, a un estandarte. Mikel ha vuelto. Inolvidable Nochevieja.
Lo de menos fue lo que hizo. Buenamente lo que pudo. Un caracoleo en línea de fondo, un envío no entendido por nadie y una conducción por la derecha, culminada en disputa. Tras el partido, abrazos a tutiplé, emoción a flor de piel, homenaje de miembros de Bultzada ya con los luces apagadas y un abrazo de Imanol que estuvo a punto de reenviarle al hospital.
Sus primeras impresiones
Éstas fueron sus primeras declaraciones ante las cámaras de DAZN: “Siento una alegría muy grande, de las que no se pueden describir con palabras. Estamos jugando al fútbol todos los días y cuando te pasa algo así, te cambia la vida por completo. Ha sido un proceso largo, no te diría que feo, porque creo que he aprendido muchas cosas y he disfrutado de cosas que pensé que no iba a disfrutar”.
Lógicamente, tras tanto tiempo de espera y de trabajo de gimnasio se halla “contento de volver”. Adelanta que “ahora toca ir cogiendo ritmo y sensaciones para ayudar al equipo siempre en todo lo que se pueda”.
El abrazo de Imanol
Fue Imanol el que le dijo el viernes que entraría en la convocatoria y quizá jugaría: “Sí, hablamos ayer de esa idea que teníamos. Me ha dado un abrazo sentido, que a veces es lo que necesita el jugador. Tener esta sensación lo echaba de menos”.
Por último, la valoración fue para el colectivo: “El equipo estaba haciendo un trabajo bestial, daba gusto verles desde fuera. Hasta con un poco de envidia. Ha sido un día más en el que el equipo ha dado el callo”.