José Rojo Pacheta vivió este domingo por la noche una de las mayores alegrías de su carrera como entrenador: la de lograr el ascenso a la máxima categoría de nuestro fútbol. En esta ocasión, al frente del Valladolid, un histórico de nuestro fútbol que el próximo curso volverá a estar entre los grandes.
El que fuera, entre otros equipos, jugador del Espanyol ya sabe lo que es subir a un equipo. Lo hizo al frente del Elche y con gol agónico de Pere Milla en el minuto 94 de la promoción con el Girona. Pese al éxito, la propiedad del cuadro ilicitano optó por despedirle y dar las riendas del equipo, en su retorno a Primera, al argentino Jorge Miramón, que acabaría siendo destituido. Pero esa es otra historia.
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La que ahora cuenta es que Pacheta tiene de nuevo el reto, o la posibilidad si no se la quitan de las manos, de proseguir en la máxima categoría con el proyecto iniciado el pasado verano en Pucela. El burgalés, fiel a su proverbial modestia, se limitó el domingo, en plena fiesta albivioleta, a expresar su agradecimiento a Ronaldo, propietario del Valladolid, y a explicar que “si no se visualiza lo bueno, no llega, pero no me obsesionaba”.
Ahora seguro que sus visualizaciones pasan por seguir sentado en el banquillo pucelano el próximo ejercicio. Como técnico de Primera y tras habérselo ganado por derecho propio. Y dejar ‘lo’ de Elche como un recuerdo cada vez más pálido.