Paco Jémez: “El 4-3 a Yugoslavia me costó la melena”

Francisco Jémez Martín (Las Palmas de Gran Canaria, 18 de abril de 1970) es el nombre y los apellidos que figuran en su DNI, pero en los 90 aparecía en las colecciones de cromos de fútbol como Paco sin más. Portando una cabellera que ahora, con 50 recién cumplidos, ya no luce, y todavía sin el Jémez que sí le identifica en la actualidad como un entrenador de raza. Antes en el rectángulo de juego y ahora desde la banda, transpira fútbol por los cuatro costados, y sueña con defender algún día como técnico la camiseta de la Selección que vistió con orgullo un total de 21 veces de 1998 a 2001. De eso, de cómo perdió su melena y de mucho más habló recientemente con Mundo Deportivo.

Fue citado por primera vez tras el Mundial de Francia’98. ¿Recuerda cómo se enteró de la convocatoria?

Sí, me llamó un periodista y me pilló paseando por Zaragoza. Al principio no le creí y le colgué pensando que era una broma, pero luego ya me empezó a sonar el teléfono sin parar y vi que era verdad.

Le cita en la que también era su primera lista como seleccionador un Camacho que le seguía muy de cerca.

Sí, coincidimos en el Rayo e intentó por todos los medios llevarme al Espanyol antes de que yo fichase por el SuperDepor. Con Camacho siempre he tenido una muy buena relación.

Debuta el 23 de septiembre de 1998 en Los Cármenes (Granada) con España ganando 1-0 a Rusia en un amistoso. ¿Cómo lo recuerda?

Es uno de esos días que no se te olvidan nunca. Mi familia estaba allí, ganamos y además me enfrenté a un compañero que tenía en el Zaragoza: Radimov. Ponerte la camiseta de la Selección por primera vez y escuchar el himno viendo a tu familia feliz en la grada no se te olvida nunca. Son momentos con los que llevas toda la vida soñando y pasan demasiado rápido, pero los recuerdas para siempre.

¿Guarda la camiseta de aquel partido?

Sí, es una de las pocas que tengo porque las he regalado casi todas a familiares, pero esa la tengo escondida y no me la quita nadie.

“Impecable como marcador. Reforzó la defensa jugando con 10. Buen debut el suyo”. Así definió Mundo Deportivo su partido. ¿Qué le parece?

Está claro que salté al campo con muchas ganas de hacerlo bien. Todas las del mundo. Ganar aquel partido en inferioridad numérica fue un buen inicio de la etapa de Camacho.

La camiseta de mi debut con la Selección es una de las pocas que guardo; la tengo escondida y no me la quita nadie

A partir de ahí se convierte en un asiduo y acude a la Eurocopa del 2000. ¿Cómo recuerda aquel torneo?

Una experiencia muy bonita. Jugar un torneo internacional con tu selección es probablemente lo más bonito que le puede pasar a cualquier deportista. Teníamos un gran equipo con los Raúl, Guardiola, Luis Enrique, Hierro y compañía y fuimos con vitola de ser uno de los favoritos. Las expectativas eran muy altas.

¿Mereció aquella generación mejor suerte de la que tuvo?

Sí. De hecho creo que si en cuartos de final ante Francia hubiésemos logrado alcanzar la prórroga mediante aquel penalti tan recordado que marró Raúl, nos hubiésemos clasificado para semifinales. Estuvimos mejor que ellos y sin embargo a la postre ellos fueron campeones.

¿Qué falló aquel día?

Tuvimos el empate en nuestra mano y se nos fue, pero desde luego que estuvimos a la altura de las circunstancias.

Antes de aquel partido aconteció el histórico 4-3 a Yugoslavia. ¿Se le pone la piel de gallina al recordarlo?

Totalmente. Es uno de los partidos con más presión que recuerdo, porque de no haber ganado nos volvíamos a casa en la primera fase. Y por como se dio el partido, remontando en los últimos minutos, desde luego que fue inolvidable.

¿Cómo lo celebró el vestuario?

Recuerdo que Sergi me rapó. Hicimos una apuesta y estaba tan convencido de que pasaríamos que le prometí que si lo lográbamos dejaba que me rapase. Cuando entré al vestuario tras el partido allí estaba Sergi con la maquinilla esperándome. El 4-3 a Yugoslavia me costó la melena. Hasta entonces siempre había llevado el pelo largo.

Llegar a ser seleccionador de España algún día si duda que sería un sueño

Al Mundial de 2002 no fue. ¿Supuso una decepción?

Indudablemente me hubiese encantado ir, pero si Camacho decidió no llevarme no puedo reprocharle nada. Hacia él solo puedo tener palabras de agradecimiento.

Acaba de cumplir 50 años. ¿Está entre sus sueños llegar algún día a ser seleccionador de España?

Sin duda. Cualquier entrenador español al que se lo preguntes te va a contestar lo mismo. Igual que fue un sueño jugar con la Selección lo es llegar a ser algún día seleccionador.