Países Bajos añade más mujeres al catálogo de personajes históricos que enseña en sus escuelas

Cartel escolar de los años ochenta sobre Aletta H. Jacobs (1854-1929), figura principal del feminismo neerlandés.
Cartel escolar de los años ochenta sobre Aletta H. Jacobs (1854-1929), figura principal del feminismo neerlandés.Europeana / Museon.nl

La historia de los Países Bajos, condensada de forma cronológica, ocupa los 50 apartados del nuevo canon educativo presentado la semana pasada y que será utilizado en la escuela primaria y secundaria. Es la segunda versión de un catálogo de hechos y personajes relevantes, estrenado en 2006, que ahora presta mayor atención a asuntos como el pasado colonial o los trabajadores inmigrantes llegados a partir de 1960. Hay también siete mujeres con nombre propio, cuando antes eran solo tres, y una entrada dedicada al “sentimiento Orange”. Es el color de la Casa Real, pero no se le atribuye una vertiente política, sino más bien un deseo de unidad nacional en una sociedad plural, reflejado sobre todo en eventos deportivos.

La primera versión del Canon de los Países Bajos, su nombre oficial, fue encargada hace 14 años por el Gobierno “para dar una visión panorámica de la historia y la cultura nacionales”, según el Ministerio de Educación. Desde el momento de su publicación, se sucedieron las críticas porque no era lo bastante diverso y se abordaba de forma algo superficial páginas negras del pasado, como la colonización de la actual Indonesia. Y porque la historia se plasmaba casi en masculino plural. La revisión actual es “más equilibrada, dado que no se profundizó la primera vez en asuntos como el papel de la mujer en la política, o incluso el voto contrario a la Constitución Europea, en 2005”, ha dicho James Kennedy, catedrático de Historia Moderna y presidente de la comisión que ha elaborado la versión remozada. Y así, las novedades asoman desde la primera entrada. En 2006, estaba dedicaba a los dólmenes, las estructuras prehistóricas de piedra del Neolítico. Ahora, lo protagoniza Trijntje, el esqueleto de una mujer hallado en 1997, y fechado hace 7.500 años, que es el más antiguo del país, según los arqueólogos. Los dólmenes son el siguiente apartado.

El tiempo pasa, y por el canon desfilan, entre otros, Carlomagno (742-814), El Bosco (1450-1516), y la segunda mujer de la lista: María, duquesa de Borgoña (1457-1482). Fue la esposa de Maximiliano I y madre de Felipe el Hermoso, esposo de Juana I de Castilla (Juana la Loca). El texto asegura que, “debido a sus decisiones políticas, gran parte de los Países Bajos se incluyeron en el Imperio Habsburgo, que se extendió luego hacia Asia y las Américas”. A María, que murió a los 25 años, la acompaña Sara Burgerhart (1782), una joven de 19 años, en la novela del mismo título escrita por Betje Wolf y Aagje Deken. Rompió moldes en su época al describir a una mujer que quiere ser independiente. También aparece Aletta Jacobs (1854-1929), la primera en conseguir un doctorado universitario, en Medicina, y nombre principal del feminismo neerlandés, así como Ana Frank, la autora del famoso Diario del Holocausto (ambas figuraban ya en el primer canon). Llega luego Marga Klompé (1912-1986), que sentó las bases del Estado de bienestar, al redactar la ley que establece el derecho a una pensión, y Annie MG Schmidt (1911-1995), autora de libros infantiles, que repite puesto en la nueva versión.

Rembrandt, el pintor del Siglo de Oro; Guillermo de Orange, padre de la patria; Erasmo de Róterdam; el filósofo Espinoza y Napoleón Bonaparte tienen asegurada una reseña en el canon, pero a su lado lo ha conseguido Anton de Kom (1898-1945), hijo de esclavos. Fue el primer escritor de Surinam, la antigua colonia en Sudamérica, que denunció el racismo y la explotación de la metrópoli, además de un malogrado héroe de la Resistencia durante la II Guerra Mundial. En el capítulo dedicado a Indonesia, se admite “el largo silencio sobre la guerra colonial perdida”, y se incluyen las recientes disculpas ofrecidas por el rey, Guillermo, “por la violencia excesiva de aquella contienda”. Otra novedad son los trabajadores inmigrantes, llegados a partir de 1960 desde Turquía, Marruecos, Portugal, la antigua Yugoslavia, Grecia y España. “Se les llamaba ´invitados´, porque se creyó que su presencia sería temporal, pero no fue así. Muchos se quedaron y reunificaron a sus familias, y con el tiempo, el flujo de diversas migraciones ha provocado un intenso debate político sobre el concepto de ciudadanía neerlandesa y la sociedad multicultural. “Ahora, los hijos investigan el efecto que ha tenido en sus vidas la emigración de sus padres”, puede leerse. “Este nuevo canon no es mejor; es diferente”, ha dicho Ingrid van Engelshoven, ministra de Educación.


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