Al menos 32 muertos por atentado suicida en mezquita en Pakistán

Pakistán evalúa operación contra talibanes locales tras atentado que mató a 100 personas

El Gobierno de Pakistán evalúa la posibilidad de lanzar una operación a gran escala contra los talibanes paquistaníes tras el atentado contra una mezquita donde murieron cien personas, en su mayoría policías, y que acentuó el deterioro de la seguridad en el país, con el terrorismo al alza.

La mayor parte de estos ataques llevan la firma del Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), el principal grupo talibán paquistaní, que sin embargo rechazó ser el responsable del atentado que el lunes mató en la ciudad noroccidental de Peshawar al menos a cien personas e hirió a otras 157, tras desmentir a uno de sus comandantes que había reivindicado su autoría.

Pese a ello, el primer ministro paquistaní, Shebaz Sharif, expresó este miércoles la determinación de su Gobierno por eliminar la amenaza del terrorismo del país, y señaló que su resurrección es un motivo de preocupación nacional.

El mandatario paquistaní se hizo eco así de las palabras que profirió ayer su ministro de Defensa, Khawaja Asif, en la Asamblea Nacional, donde instó a todos los partidos a unirse contra el terrorismo para lanzar una operación contra los talibanes similar a la iniciada en junio de 2014.

“Es necesario crear un consenso como el de 2014 cuando lanzamos una operación contra los terroristas y los eliminamos”, instó Asif a los legisladores, refiriéndose al operativo que las fuerzas de seguridad lanzaron hace casi nueve años, primero en zonas tribales del noroeste y después a escala nacional, y que logró debilitar al TTP.

Así, el ministro comparó el atentado suicida en Peshawar con la masacre en una escuela pública del Ejército en esa misma localidad que en diciembre de 2014 mató a 150 personas, en su mayoría niños, y que según algunos analistas fue una respuesta desesperada del TTP a la operación lanzada meses antes por las tropas paquistaníes.

Los ataques del TTP se recrudecieron con la llegada al poder en agosto de 2021 de sus vecinos talibanes en Afganistán, y se tornaron especialmente virulentos desde el pasado diciembre, cuando el grupo anunció el fin del alto el fuego alcanzado un mes antes con Islamabad, al que acusó de incumplir sus compromisos.

Unas negociaciones que se habían extendido durante años y que permitieron al TTP establecerse en el país, según Asif, quien reprochó esta imprudencia al Gobierno del ex primer ministro Imran Khan, depuesto el pasado abril.

En el año posterior al ascenso de los talibanes afganos, Pakistán presenció hasta 250 atentados en los que murieron 433 personas y otras 719 resultaron heridas, según el Instituto de Estudios de la Paz de Pakistán (PIPS, en inglés).

Unos datos que reflejan un aumento del 51% en los ataques con respecto al mismo periodo del año anterior, revirtiendo la tendencia a la baja en el terrorismo que Pakistán había presenciado desde de la operación militar en 2014.

La escalada de la inseguridad vivió su punto álgido el recién concluido enero, cuando el grupo talibán cometió 46 ataques en 15 distritos del país, que se cobraron 49 vidas e hirieron a 58 personas, según un informe publicado por el propio TTP.

Este tipo de ataques, que Asif destacó que no tienen como objetivo a una secta o a un segmento particular de la sociedad, sino a toda la nación, se tornaron especialmente sangrientos contra las fuerzas de seguridad, que a lo largo de 2022 perdieron 282 miembros en 376 ataques terroristas, según el Centro de Investigación y Estudios de Seguridad.

Sin embargo, 40 de esas muertes se produjeron el pasado diciembre, destacaron en su publicación, un dato que respalda la afirmación de la Autoridad Nacional Contra el Terrorismo de Pakistán que aseguró que el TTP había “ganado un terreno considerable” y “aumentado su huella y la magnitud de sus actividades” durante el proceso de conversaciones de paz.

Este aumento del terrorismo desencadenó protestas masivas en varias partes del país, especialmente en zonas fronterizas con Afganistán, como las provincias de Khyber Pakhtunkhwa y Baluchistán, las más afectadas por el deterioro de la seguridad.

Desde su creación en 2007, el TTP ha desatado una ola de ataques terroristas y emboscadas en todo el país y ha matado a miles de personas. El grupo proscrito también intentó asesinar en 2012 a la futura Premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai.


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