Andrés Palop es una leyenda del sevillismo que ha pasado en primera persona el Covid-19 y que ahora trata de concienciar a la gente de que se quede en su casa y tome todas las precauciones posibles para evitar los contagios. El ex guardameta ha explicado cómo se sentía los doce días que pasó hospitalizado y por ello no entiende a las personas que estos días con la relajación de las medidas de confinamiento ha posibilitado las imágenes de aglomeraciones en las calles que se han visto.
“Cuando empiezas a toser te alarmas. Empieza el dolor de cabeza bastante fuerte. Hacía como nueve años que no me había puesto malo con una gripe o con fiebre. Tenía presión en el pecho, perdí el gusto y el olfato y llegó la fiebre… empecé a sospechar que podría ser coronavirus. Me puse en mano de los médicos. Me hicieron una analítica y al ver que había alteración en la sangre y problemas en la placa, ya sí me hicieron el test y me dejaron ingresado doce días por coronavirus”, ha explicado el ex portero valenciano, un héroe que levantó hasta seis títulos en Nervión.
“En el hospital, hasta la bata me dolía. Tenía la cabeza que no me la podía ni tocar. Estaba abatido. No tenía fuerzas. Me enchufaron al gotero, antivirales… Me hicieron un tratamiento agresivo para que no fuera a más. No estuve en ningún momento entubado, ni estuve en la UCI. Yo estuve en el nivel moderado, en planta y controlado. Lo pasé con meditación, buscando el lado positivo. Es un doble sufrimiento, la enfermedad y la intranquilidad de pensar que he estado con mis hijos, con mi mujer, durmiendo juntos, besándolos. Pero, gracias a Dios, ellos estuvieron en cuarentena y no tuvieron ningún síntoma”, añade el de La Alcudia, que asegura que ahra se encuentra bien: “Falta la última prueba para determinar si lo he superado totalmente. Cuando levanten el confinamiento tendré que ir a hacérmela al hospital. Tienen que ver si la neumonía ha desaparecido totalmente; supongo que harán la prueba de los anticuerpos, pero en un principio ya me comentaron que podía hacer vida normal y que todo estaba correcto”.
En estos momentos, y pese a su recuperación, no quiere pisar la calle: “No me atrevo a salir. Lo he pasado muy mal. La gente que ha salido en masa y que forma esas aglomeraciones no es consciente realmente de lo que es esta enfermedad. Yo aconsejaría que se llevara la mascarilla sí o sí. Sé que corriendo es complicado llevarla, pero los que salgan a pasear, que la lleven porque al final los que lo hemos pasado, sabemos la incertidumbre que se pasa, el miedo”.
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