Tanta polémica estos últimos días con Twingo me ha recordado a todo el juego que se generó en el mundo colchonero con el Fiat Panda 4×4 de Carrasco. Todos recordareis cómo el crack belga llevó a sus compañeros a entrenar con ese coche retro y surgieron un montón de memes. No sé vosotros, pero cuando pienso en ello tengo la sensación de que ocurrió hace una eternidad, pero en realidad fue hace solo dos años, además por estas mismas fechas. En aquel entonces liderábamos la clasificación de la Liga que acabaríamos conquistando y el Sevilla era el vigente campeón de Europa League.
Veinticuatro meses después, ambos equipos están con preocupaciones muy diferentes. El mundo gira muy deprisa y en el fútbol todavía más. Por un lado, el conjunto andaluz está seriamente preocupado con la permanencia. ¡Si acabase LaLiga hoy mismo bajaría a Segunda División! Hasta parece mentira, jamás lo creería si me lo dijeran entonces. Es terrible cuando un buen equipo entra en una mala dinámica. Por otro lado, el Atleti se encuentra en el cuarto puesto que da acceso a Champions, pero estamos más pendientes de los rivales que aspiran a nuestra posición que por intentar superar a los que tenemos por arriba.
He escuchado varias veces que la mejor noticia para nosotros es que los de Nervión no están en la lucha por los puestos Champions. Razón no les falta. La pelea de por sí ya está muy complicada. La Real Sociedad parece que se afianza en el podio y hay otros cinco equipos en un pequeño margen de dos puntos respecto a nosotros: Villareal, Betis, Osasuna, Athletic Club y Rayo Vallecano. La buena noticia, como dijo mi querido Abel Resino en sus redes, es que a pesar de todo, el Atleti sigue muy vivo para acceder a la máxima competición europea la próxima temporada. El gran problema está siendo la efectividad goleadora. Antes o después el balón empezará a entrar y acabaremos logrando el objetivo de la temporada. Aparte de que también se sumará que los demás contrincantes perderán fuelle por el camino.
Sé que a ningún colchonero le gusta vivir con un ojo en el retrovisor y que todos los años debemos aspirar al máximo. Pero el fútbol es así. En condiciones normales, partidos como los del Almería los habríamos zanjado tranquilamente con todas las oportunidades que tuvimos, pero la maldita pelota está caprichosa. No hay mucho más que analizar, ese es resumen tanto del partido como de la temporada en sí. Toca apoyar a nuestros cracks para que superen este bloqueo goleador y desearles toda la fuerza del mundo mañana contra el Levante en Copa del Rey. Clasificarnos para la siguiente fase sería un gran empujón de moral. Tanto para ellos, como para toda la afición. El mundo gira muy deprisa, pero el Atleti siempre sigue ahí. En las buenas y en las no tan buenas