Alejandro Papu Gómez puede tener las horas contadas en el Sevilla y su salida podría coincidir con el cambio de entrenador una vez que tanto la destitución de Jorge Sampaoli como la llegada de José Luis Mendilibar se han hecho oficiales.
El internacional argentino, uno de los integrantes del equipo campeón del mundo con la albiceleste, ha tenido varios desencuentros con los dirigentes del club en el presente curso. Ya estuvo cerca de abandonar la disciplina nervionense entre noviembre y diciembre, durante el parón por el Mundial, pero los cambios en la plantilla finalmente no afectaron a su continuidad.
La última controversia ha surgido cuando al centrocampista no se le ha permitido viajar a Argentina ante la llamada de su seleccionador para dos partidos en los que la AFA pretende homenajear a los campeones. El jugador se recupera de una operación de tobillo y la negativa del club instándole a que se recupere en Sevilla no le sentó bien. “Lamentablemente por mi lesión no voy a poder viajar a saludarlos y abrazarlos, es un dolor y una tristeza muy grandes porque me hubiese encantado estar allí y sentir todo su amor y cariño”, expresó el Papu en sus redes sociales. Mientras, Sampaoli se lavaba las manos asegurando que era una decisión del club y “del área médica”
En el Sevilla no ha gustado de nuevo el comportamiento del jugador, que ha protagonizado varios episodios en los que su compromiso se ha puesto en duda. El Papu quedó señalado para la afición y para los dirigentes del Sevilla desde que antes del Mundial dejó entrever que los argentinos que iban a estar en Qatar iban a “tener la cabeza en otra parte” hasta la cita mundialista. Eso le hizo recibir muchas críticas porque además, al igual que Acuña, se perdió muchos partidos por molestias físicas que los médicos no podían determinar con exactitud.
El futbolista, tocado o no, se fue al Mundial, se lesionó ante Australia y a su regreso ya no jugó con el Sevilla hasta el 28 de enero, cuando disputó 20 minutos ante el Elche. En ese partido fue abroncado por la grada cada vez que tocó el balón. Después ya no ha jugado más y en febrero tenía que pasar por el quirófano con una rotura parcial en los ligamentos del tobillo. “No me arrepiento de nada”, dijo en redes sociales justificando que forzó para estar en el Mundial y que por eso cayó lesionado.
Ahora el Sevilla y su abogado tratan de llegar a un acuerdo para la rescisión de su contrato, ya que permitiría al club liberar una de las fichas más altas de la plantilla y aliviar una economía que ha quedado muy tocada con la destitución de dos entrenadores, Lopetegui y Sampaoli, aparte de dejar vía libre a Mendilibar en un vestuario que necesita tranquilidad y en el que sobran elementos no comprometidos con la causa.