Víctor Laguardia vivió este viernes una jornada especial. A la satisfacción de sumar un importante punto frente al Valencia en un partido complicado, se unió el logro de disputar su partido 100 en Primera División con el Deportivo Alavés.
En el apartado personal, ya acumula 103 partidos en la máxima categoría. Tras debutar en Primera con el Real
Zaragoza en agosto de 2009, jugó tres con la entidad blanquilla en la campaña 09-10.
Más adelante, en el verano de 2014, decidió cambiar de aires para apostar por una nueva aventura en el conjunto babazorro. Su decisión no pudo ser más acertada. El pasado viernes, ante el Valencia, cumplió también el centenar de encuentros en Primera vistiendo la zamarra albiazul.
El pasado verano, Marcelino García Toral, por aquel entonces en el banquillo che, quiso fichar a Víctor Laguardia
El central se ha ganado el respeto de todos con su profesionalidad sobre el césped y su seriedad en el apartado personal. Desde el mismo club indican que es un ejemplo para todo, que personifica los valores del Deportivo Alavés.
El pasado viernes, el equipo apeló al espíritu alavesista, al sacrificio y la fe por encima de todo, para conseguir un empate en un duelo que se había puesto muy cuesta arriba frente a la escuadra che. “Fue un buen punto ante un rival de Champions. Queríamos sumar tres ante nuestra gente, pero siempre que no se pueda ganar, lo importante es no perder”, subrayó.
Muy cerca del Valencia
El pasado verano, Marcelino García Toral, por aquel entonces en el banquillo che, quiso fichar a Víctor Laguardia. Sin embargo, las negociaciones entre las dos entidades no llegaron al buen puerto y el cese del técnico asturiano enfrió la operación. El kaiser babazorro siempre ha mantenido la misma postura en este asunto: tenía contrato firmado con el Alavés y la decisión correspondía al club.
“Quien de verdad me quería era Marcelino, al que le tengo un gran cariño, y siempre confié en el Alavés en este tema, porque me mantuve muy al margen de las conversaciones”, recordó. “Si este club quería seguir contando conmigo, yo iba a estar y, si su deseo era realizar una operación interesante, todo era sentarnos a hablar”, explicó. “Siempre he dicho que quería seguir jugando y retirarme aquí, poder devolver en cada partido la confianza y el cariño de la gente, aunque me va a faltar tiempo para devolverlo todo”, comentó, como siempre, muy agradecido e identificado con la afición gasteiztarra.
Mentalidad férrea
El pasado viernes, con el 0-1 tras el golazo de Dani
Parejo, el equipo apeló a ese espíritu que, desde la temporada 12-13, en la que logró salir del infierno de la Segunda B para retornar a la División de Plata, le ha permitido situarse entre los mejores. A ese espíritu, al de la humildad y el trabajo, se abraza el núcleo de veteranos que gobierna el vestuario albiazul.
“Este es un club humilde y siempre lo he dicho que, aunque parezca poco ambicioso, para el Alavés salvarse, mantenerse en Primera División, es como ganar un título”, subrayó el aragonés.
Hemos sumado ante adversarios difíciles, como Athletic, Valencia, o el Leganés en su campo
Por segunda vez en este curso, el conjunto babazorro ha encadenado tres encuentros ligueros sin perder. “Hemos sumado ante adversarios difíciles, como Athletic, Valencia, o el Leganés en su campo; el objetivo está más cerca, pero hay que seguir sumando”, reclamó con el deseo de “seguir dando esta imagen y competir, que es lo mínimo que se le puede exigir a este equipo”. “Desde el principio sabía que este año iba a ser muy duro”, recordó fijando en los 40 puntos -faltarían ocho con los 32 actuales- la cifra necesaria para lograr la permanencia.
Cuestionado por la gran implicación de Luis
Rioja, rescatado el viernes por Asier
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Vidal y Burke tras estar cuatro jornadas sin convocar, Laguardia aprovechó para recordar el indomable espíritu albiazul. “Alabo su actitud y la de otros compañeros, como Pere
Pons o Tachi, por ejemplo, gente que juega poco y lo da todo en cada entrenamiento”, comentó. “Jugar no es un deber, es un premio, el deber es entrenar”. Palabra del kaiser.
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