Jan Oblak, arquero del Atlético de Madrid, no tuvo la mejor de las temporadas. De hecho, de las últimas, fue su campaña más complicada en cuanto a los números. Su trabajo es evitar que el equipo rojiblanco encaje goles y en la recién concluida temporada, el Atlético encajó el mayor número de goles en contra de la Era Simeone.
Obviamente no fue responsabilidad únicamente del arquero colchonero, fue una cuestión colectiva, en la que el Atlético encajó un alto número de goles. El caso es que nadie duda de la calidad del meta esloveno. Ni de que es posiblemente el mejor arquero del mundo.
Y en ocasiones así lo demuestra. Los aficionados de Eslovenia todavía alucinan con la parada que se sacó de la manga el meta en el choque de hace unos días, ante Serbia. Al final, su país perdió 4-1 pero Oblak dejó un milagro de los suyos.
Un remate de cabeza de Vlahovic, abajo, donde hace daño, que el arquero colchonero sacó con una mano para cazar con la otra el balón y atraparlo en el suelo evitando una segunda jugada. Tremendo.