A la redundante ausencia de Rubén
Pardo en la convocatoria le acompaña esta vez el atenuante de que está lesionado. El riojano será testigo de su reencuentro con el Betis desde la grada. Estuvo cedido en el equipo sevillano de enero a junio de 2017. Casi tres años después y con una renovación de por medio, precisamente la que firmó al mismo tiempo que su préstamo al Villamarín, su protagonismo en la Real no se ha propulsado demasiado.
Pardo sumó con el Betis 16 partidos en media temporada, por lo que fue un futbolista estimado por Quique
Setién, el entrenador de la época en Heliópolis. Hoy sólo podrá saludar a los amigos que hizo allí antes o después del partido. Unas molestias le apartan de una lista en la que tenía opciones de entrar dadas las ausencias en la medular de los lesionados Asier
Illarramendi y David
Zurutuza.
Imanol
Alguacil, el mismo que alabó públicamente la entrega de Pardo en los entrenamientos pese a que esta temporada no le ha convocado nunca, fue el viernes el portavoz de la lesión que sufre ahora el riojano. No se entrena desde el miércoles y se ha ausentado de las tres últimas sesiones con el grupo. Una convalecencia absolutamente clandestina hasta que el técnico oriotarra la descubrió el viernes en su rueda de prensa.
Entre la dura competencia, la falta de minutos y ahora los problemas físicos, la carrera de Pardo en la Real se agota. Termina contrato al final de la temporada.
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