El francés Léon Marchand se coronó como el indiscutible ‘rey’ de la piscina de los Juegos Olímpicos París 2024, tras colgarse su cuarta medalla de oro este viernes al imponerse en la final de los 200 estilos con un nuevo récord olímpico de 1:54.06 minutos.
Si Múnich 72 es recordado por los siete oros del estadounidense Mark Spitz y los de Beijing 2008 por los ocho de su compatriota Michael Phelps, los de París 2024 irán irremediablemente ligados al nombre de Léon Marchand.
Es cierto que por cifras la gesta del francés no puede compararse con las de los dos gigantes norteamericanos, pero el valor de los triunfos de Marchand van más allá de deportivo.
Un auténtico fenómeno social como atestigua el ensordecedor griterío que ha acompañado a cada actuación del galo en la piscina de La Défense, que desde el inicio de los Juegos Olímpicos se ha entregado noche tras noche la ‘Leonmanía’ que se ha desatado en Francia.
Pasión desenfrenada de la que no ha podido librar ni el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, que celebró como un aficionado más la victoria de Marchand en la final de la prueba corta de estilos.
Léon à la maison, c’est tellement bon 🇫🇷🔥
4ème médaille d’or et 4ème record olympique !
Un exploit STRATOSPHÉRIQUE 🐬🚀 pic.twitter.com/Oi7DefRW4o
— Amélie Oudéa-Castéra (@AOC1978) August 2, 2024
El último paso que le faltaba al nadador francés, que entrena en Estados Unidos bajo las órdenes de Bob Bowman, el entrenador que dirigió la carrera del legendario Michael Phelps, para completar la gesta y sumar su cuarto otro tras vencer en los 400 estilos, los 200 mariposa y los 200 pecho.
Un triunfo que prácticamente se daba por seguro, no sólo ya por al doble campeón del mundo del nadador francés, oro en los Mundiales de Budapest 2022 y de Fukuoka 2023, sino por el eléctrico ambiente que se respiraba en la piscina que hacia inimaginable una derrota de Marchand.
Poco importó que el chino Shun Wang, campeón hace tres años en Tokio 2020 fuera el primero en tomar la delantera y completase la posta de mariposa en primera posición con una ventaja de 7 centésimas sobre el francés.
Diferencia que Marchand, de 22 años, redujo a la nada con su sensacional habilidad en el volteó que llevó a la locura a la grada de La Défense que comenzaba a albergar no sólo ya la victoria, sino la posibilidad de que Marchand adornase su cuarto oro con un récord del mundo.
Una posibilidad que pareció hacerse realidad cuando el francés, que se afianzó en el liderato de la prueba en la posta de espalda, se situó tras el paso por el pecho, el mejor estilo de Marchand, por debajo del récord del mundo -1:54.00- del estadounidense Ryan Lochte vigente desde el año 2011
Con su perseguidores a un mundo, como atestiguaron los 1.73 segundos de desventaja con el que entró en los últimos 50 metros el británico Duncan Scott que se había aupado a la segunda posición, el francés León Marchand emprendió una frenética carrera contra el crono.
Pero ni así pudo evitar el francés que se le escapase por tan sólo cuatro centésimas, tras tocar la pared en un tiempo de 1:54.06 minutos, suficiente para arrebatar a Michael Phelps el récord olímpico que poseía desde Beijing 2008 con una marca de 1:54.23.
Un hecho que ratificó la condición de Marchand, que estuvo escoltado en el podio por el británico Duncan Scott, plata, y el chino Shun Wang, bronce, como el legítimo heredero de Phelps y el nuevo icono de la natación mundial.
Voló Cameron McEvoy en La Défense
El australiano Cameron McEvoy puso fin a la ‘maldición’ que parecía perseguirle en la cita olímpica, donde el oceánico nunca había logrado subir a lo más alto del podio, tras imponerse en la final de los 50 metros libres.
Una victoria más holgada de los esperado, ya que McEvoy, que se impuso con un tiempo de 21.25 segundos, aventajó en 5 centésimas al británico Ben Proud, con quien había compartido el mejor tiempo de las semifinales tras firmar ambos un idéntico crono de 21.38.
Igualada pugna que el australiano, campeón del mundo en el año 2023, y el británico, oro un año antes en los Mundiales de Budapest, mantuvieron en la final desde la salida, tras calcar prácticamente el tiempo de reacción.
Pero mientras que McEvoy, que este año contaba con una mejor marca de 21.13, logró mantener la aceleración hasta el final, el británico bajó mínimamente su velocidad, lo que propició el triunfo del oceánico, que se impuso con un tiempo de 21.25.
Cinco centésimas menos que Proud, plata con un crono de 21.30 segundos, que no pudo impedir que el australiano Cameron McEvoy, tras tres bronces, todos ellos en pruebas de relevos en sus dos anteriores participaciones olímpicas, lograse el ansiado oro.
Completo el podio el francés Florent Manaudou, oro en Londres 2012 y plata en los de Rio 2016 y Tokio 2020, que se colgó el bronce que le faltaba en su colección con una marca de 21.56 segundos.