El Atlético de Madrid ha regresado este martes a los entrenamientos. Y dos jugadores rojiblancos que acabaron tocados la Supercopa de España han pasado pruebas médicas para ofrecer un diagnóstico más preciso a los partes médicos facilitados desde Jeddah. Se trata de Koke y de Giménez.
Más grave es lo del capitán, que reapareció en la semifinal frente al Barcelona después de perderse los tres últimos partidos del Atlético por problemas musculares. Saltó al campo tras el descanso, marcó, y después tuvo que ser sustituido, perdiéndose la final ante el Madrid.
El centrocampista se ha sometido a un estudio completo con resonancia, ecografía y elastografía en la Clínica Universidad de Navarra, que ha determinado que sufre una lesión miotendinosa en el muslo derecho, la misma zona que había tenido dañada.
El club informa de que está pendiente de evolución, pero Koke estará unas tres semanas fuera de los terrenos de juego. Tiene casi imposible llegar al derbi del 2 de febrero ante el Real Madrid en el Bernabéu y su objetivo será estar en plenas condiciones para la ida de los octavos de final de la Champions League, frente al Liverpool, el 18 de febrero.
Por su parte, Giménez fue titular en la final ante el Madrid, pero tuvo que marcharse del campo en la prórroga al tener molestias, lo que provocó un gran enfado en el central, que no quería dejar el partido por nada del mundo.
El uruguayo se ha sometido a una ecografia y a una resonancia magnética, que determinó que padece un edema muscular en la pierna izquierda. Es duda para medirse el sábado al Eibar en Ipurúa. Todo dependerá de la evolución que presente, aunque habiendo salido de una lesión hace relativamente poco, no se arriesgará.
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