Tal y como se preveía, el partido entre el Atlético de Madrid
y el Liverpool fue realmente caliente. El cuadro inglés se había puesto a calentar el partido de vuelta desde el mismo pitido final del Wanda
Metropolitano, con lo que se esperaba un choque de alta tensión, tal y como se pudo ver.
Los de Jurgen
Klopp, apoyados por la grada de Anfield
Road, empujaron todo lo que pudieron y metieron presión a tope en cada jugada dividida en la que el colegiado tenía que decidir.
La primera mitad del partido dejó varias jugadas de las que tanto unos como otros se quejaron al colegiado holandés del partido.
Danny
Makkelie tuvo que lidiar con una atmósfera muy tensa. En los primeros 45 minutos, el Liverpool pidió sendos penaltis por manos de Thomas y de Felipe. El VAR llegó a revisar ésta segunda pero obviamente no vio nada, porque el baló, aunque le tocó en el brazo, vino de un rebote de espaldas de un compañero y el brasileño ni siquiera era consciente de dónde estaba el balón. De la primera, ni rastro porque era infundada.
Por su parte, el Atlético se quejó de una plancha terrible de Alexander-Arnold sobre Joao
Félix, al borde del área colchonera. La acción era incluso más que amarilla pero el colegiado prefirió no amonestar al inglés a pesar de que le rodearon los jugadores colchoneros.
No fue la única, porque cerca del descanso, se repitió la acción, esta vez con una entrada dura de Henderson sobre Correa, de nuevo en la que el jugador inglés se fue de rositas.
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