Pau Víctor está de dulce en Sabadell. El joven delantero, a sus 21 años recién cumplidos, está cuajando una magnífica estancia en el club que lo acoge durante esta temporada. Él y el Girona llegaron a un acuerdo para encontrar un lugar donde el atacante pastara su calidad y mostrara su buen rendimiento. Hizo la pretemporada con los rojiblancos, pero la exigencia de Primera División hizo tomar a Pau un camino distinto para evitar que su progresión frenara en seco.
El de Sant Cugat del Vallés fue uno de los pilares del filial gerundense durante la anterior campaña. A pesar de no empezar todo lo bien que el jugador hubiese deseado, dio un paso al frente para convertirse en uno de los jugadores claves y determinante en los dos últimos tercios del campeonato liguero. Él y sus compañeros se quedaron a las puertas de ascender a Segunda Federación y el club sabía que el nivel de Pau estaba muy por encima de la categoría en la que se ataba los cordones cada fin de semana.
Este curso está siendo clave en el combinado ‘arlequinat’. Llegó en la segunda jornada del campeonato pero eso no ha supuesto ningún obstáculo, pues ha jugado las 13 citas en las que ha estado disponible y ya acumula casi 900 minutos, una media de unos 70 minutos por encuentro.
Además, el gol le está acompañando con las buenas actuaciones. Ha colocado cuatro pelotas en el casillero y se ha proclamado como el mejor jugador del mes de noviembre por el club. De esos cuatro goles, tres de ellos han sido frente a rivales que pujan fuerte por subir a la categoría de plata. Barça Atlètic, Intercity, Real Sociedad B y Nàstic ya han sufrido sus actuaciones.
En esta última jornada, en casa de los tarraconenses, Pau firmó un golazo con la testa para darle los tres puntos a los suyos y colocarlo dos puntos por encima del descenso, aunque esos dos puntos son suficientes para colocarse undécimos, a mitad de tabla.