El pasado 15 de abril, miembros de Greenpeace realizaron una protesta pacifica frente a las costas de Siracusa, Italia, para impedir la llegada a puerto del buque SCF Baltica procedente de Rusia y con un cargamento de crudo.
Los activistas, a bordo del barco GP Rainbow Warrior, se acercaron lo suficiente al buque ruso para pintar en su costado “Paz, no petróleo” en color amarillo.
La organización ambientalista internacional exigió durante la protesta el fin inmediato de la guerra en ucrania y una verdadera transición ecológica que ponga fin a extracción.
En una declaración en redes sociales, la organización señaló:
“Es hora de promover la paz y proteger a las personas de los conflictos y la crisis climática invirtiendo seriamente en una transición energética basada en fuentes renovables, infraestructuras de distribución eficientes, ahorro de energía y movilidad sostenible”.
Greenpeace ha sido muy claro en su posición respecto a la Guerra de Ucrania y Rusia: “El Petróleo alienta la guerra”. Consigna que mostraron los activistas durante su protesta.
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Sostienen que hay una relación directa entre los combustibles fósiles y la maquinaria de guerra rusa.
Rosneft, una de las principales compañías petroleras de Rusia, es uno de los principales proveedores de combustible del ejército ruso.
Rosneft también suministra petróleo a empresas como British Petroleum. Así que cada vez que se compra petróleo o gas ruso no sólo se están aportando fondos al fondo de guerra, sino que se puede estar manteniendo la maquinaria militar en funcionamiento. Rosneft y su filial Rosneft-Aero y Transneft habrían suministrado combustible al ejército ruso antes y durante la invasión
“Para detener esta guerra necesitamos una desinversión global y un embargo de los combustibles fósiles rusos lo antes posible, así como la entrega urgente de ayuda humanitaria a los necesitados.” declaró Greenpeace.
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