El italiano Francesco “Pecco” Bagnaia (Ducati Desmosedici GP22) llega a Valencia, escenario este fin de semana del último gran premio de la temporada, el de la Comunidad Valenciana en el circuito Ricardo Tormo de Cheste, con todos los “ases en la manga” para convertirse, por primera vez en su carrera deportiva, en campeón del mundo de MotoGP.
Bagnaia, vencedor de la carrera valenciana de la pasada temporada, une a esa circunstancia el hecho de que su ventaja en la clasificación provisional del mundial es de 23 puntos respecto a quien ya es su único rival en la carrera por el título, el actual campeón, el francés Fabio Quartarararo (Yamaha YZR M 1).
Las cuentas son muy fáciles para “Pecco”, pues Quartarararo necesita ganar, sí o sí, y que el italiano sea decimoquinto o no puntúe. Todo lo demás le valdría, pues en caso de empate a puntos por número de victorias el título sería para el representante de Ducati, siete del primer por tres del segundo antes de Valencia.
Así las cosas y partiendo de la base de que el trazado valenciano no se le da nada mal al piloto italiano, pues ganó allí el pasado año, no parece estar Fabio Quartararo en una posición demasiado favorable, si bien como él ya aseguró en Malasia tras lograr evitar el primer alirón de Bagnaia, intentará hasta el último segundo que su rival no consiga el objetivo, aunque lo tiene bastante complicado.
Y no solo está complicado para Quartararo por sus “cuentas matemáticas” con el italiano, sino por el hecho de que en la carrera de la Comunidad Valenciana se pueden unir otra serie de factores, en forma de nombre propios con muchas ganas de cerrar la temporada de la mejor manera posible, y ahí va a radicar el verdadero interés de una prueba en la que ha habido numerosos vencedores en los últimos años, desde el italiano Franco Morbidelli (2020) a los españoles Àlex Rins (2018) o Marc Márquez (2019 y 2013).
Los principales pilotos de MotoGP tienen su estímulo especial para arrancar de la última carrera de la temporada el mejor resultado posible.
Para Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) sería la mejor manera de comenzar la temporada 2023, después de dos años de penurias, problemas físicos e intervenciones quirúrgicas que, por lo visto en los últimos meses, ahora sí han conseguido solventar sus dolencias en un lastimado brazo derecho. El ocho veces campeón del mundo de Repsol necesita esa victoria para recuperar plenamente la confianza en volver a ser quien ha sido a lo largo de la anterior década, pero no es el único.
Como Marc Márquez, también tienen muchas ganas de cerrar una parte de su trayectoria deportiva, la que durante algunos años les ha unido al fabricante japonés Suzuki, los españoles Àlex Rins y Joan Mir.
Tanto Rins como Mir han logrado grandes resultados con Suzuki, el segundo de ellos campeón del mundo de MotoGP en 2020, y Valencia puede ser la oportunidad o el escenario propicio para una despedida a la altura de lo que ellos esperan, máxime tras saber que no tendrán problemas para probar sus nuevas motos de 2023, sendas Honda para ambos, después de recibir la autorización de los responsables de Suzuki.
Una vez más, habrá que tener en cuenta a la numerosa representación de Ducati, con el australiano Jack Miller al frente de todos ellos y en su última carrera como piloto del fabricante de Borgo Panigale, pero sin olvidar al francés Johann Zarco, a Jorge Martín o los italianos Enea Bastianini o Marco Bezzecchi, en primera instancia. Además de ellos, seguro que quieren cerrar el año en un circuito amigo y con el mejor sabor de boca posible Aleix Espargaró y Maverick Viñales.
A Espargaró le hubiera gustado pelear por el título hasta la última carrera, pero lo cierto es que en los últimos grandes premios ni la fortuna ni el rendimiento general del conjunto piloto/moto ayudó demasiado y aunque ya hay que pensar en positivo para 2023, seguro que el de Granollers intentará pelear, cuando menos, por el podio en el “Ricardo Tormo”.
Tampoco se puede olvidar a los pilotos del fabricante austríaco KTM, el surafricano Brad Binder, que continuará en 2023 con ellos, y el portugués Miguel Oliveira, que se marcha al nuevo equipo satélite de Aprilia, que pueden estar en la relación de aspirantes a un top cinco e incluso al podio en una carrera en la que está el título mundial de 2022 en juego.