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Pedro Castillo trata de salvar su presidencia con una remodelación profunda de su Gobierno

Pedro Castillo saluda al nuevo primer ministro, Héctor Valer, este martes en Lima.
Pedro Castillo saluda al nuevo primer ministro, Héctor Valer, este martes en Lima.PRESIDENCIA DE PERÚ

Pedro Castillo se encuentra en sus horas más bajas. El presidente de Perú trata de salvar su mandato con una remodelación profunda de su Gobierno, la segunda en seis meses, después de una crisis en el interior de su gabinete que le ha puesto contra las cuerdas. Castillo ha nombrado este martes diez nuevos ministros que cambian por completo la cara de su equipo. El Congreso, donde la oposición ya maniobra para destituir al presidente, tendrá que aprobar los nuevos nombramientos.

La crisis arrancó con la renuncia del titular de Interior, quien advirtió desde diciembre que la lucha anticorrupción estaba seriamente afectada por acciones del comandante general de la policía y había pedido al jefe de Estado que lo destituyera. Después se fue la primera ministra Mirtha Vásquez, al no lograr un consenso con el mandatario respecto a la recuperación institucional en Interior. Y hoy mismo se apartó del Gobierno el ministro de Economía, Pedro Francke, cuya tarea principal en los primeros meses de gestión fue generar confianza en el sector privado, que temía lo peor del maestro rural y exdirigente sindical del magisterio.

Ahora, Castillo ha nombrado como nuevo primer ministro a Héctor Valer, un abogado elegido congresista el año pasado por el partido ultraconservador Renovación Popular, pero que, tras desavenencias con el jefe del grupo político, se adhirió a otra bancada y, posteriormente, en enero, se sumó a una tercera.

Valer, miembro del Opus Dei, es uno de los dos parlamentarios que ha incorporado el presidente al Ejecutivo, una señal de su necesidad de lidiar con los obstáculos que encuentra en el Congreso. La congresista Katy Ugarte, del izquierdista Perú Libre, es la nueva ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Ugarte es una profesora de primaria que en una entrevista en abril aseguró sobre la igualdad de género en la educación: “Hemos nacido varón y mujer, no tenemos por qué distorsionar esta situación. No tenemos por qué llevar a los niños por otra situación. Dios creó al hombre y a la mujer y eso está bien claro”.

Tras la salida de los ministros de la izquierda moderada, el nuevo gabinete corresponde mejor con los planteamientos populistas conservadores de los primeros meses de campaña electoral de Castillo en 2021, antes de que formara una alianza con la excandidata progresista Verónika Mendoza, del grupo político Nuevo Perú. Esa alianza se rompió este martes.

La nueva crisis política del Gobierno ha hecho escalar las críticas contra Castillo por parte de la oposición, que en noviembre había intentado sacarlo del cargo mediante la figura de la “vacancia por incapacidad moral permanente”. Este lunes, una congresista del Partido Morado, de centro-derecha, propuso cambiar la Constitución para facilitar su destitución por otras vías.

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El presidente no ha logrado tejer alianzas en el Congreso para dar salida a sus medidas, como la reforma tributaria, que era uno de sus principales objetivos. Además se ha rodeado de un entorno lleno de cuestionamientos. El que fue su primer secretario general en la presidencia está bajo investigación fiscal por posibles actos de corrupción y tráfico de intereses y el presidente tuvo que pedir la renuncia de varios ministros no calificados para el cargo o que protagonizaron escándalos y controversias.

Castillo nunca ha logrado arrancar su Gobierno. Cuando llegó a la presidencia se rodeó de gente cercana a Vladimir Cerrón, el dueño del partido con el que llegó al poder y un extremista con ideas retrógradas en lo social. Esa primera aventura solo duró 69 días. El presidente destituyó entonces a su primer ministro, Guido Bellido, de la órbita de Cerrón, y trató de tomar las riendas de un Ejecutivo que ni en sus primeras semanas gozó de popularidad. Colocó como primera ministra a Vásquez, con un perfil más socialdemócrata, lo que dio un respiro frente a las críticas, pero la tregua también duró poco. Los tropiezos se han seguido sucediendo.

Desde que el maestro rural asumió el cargo a finales de julio, el único logro que todos los sectores le reconocen es la amplia vacunación contra la covid-19. De acuerdo a una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos difundida el domingo, un 61% de los consultados desaprueba al Ejecutivo, su peor valoración en seis meses. Para un 72% de los encuestados, el Gobierno maneja mal o muy mal la lucha contra la delincuencia y un 60% considera mala o muy mala la gestión contra la corrupción en el Estado.

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