Pedro
León calienta motores para afrontar una temporada crucial, en la que quiere volver a brillar sobre un terreno de juego y olvidar penas y lamentos pasados. Después de dos campañas marcadas por graves lesiones que le han tenido más fuera que dentro de la dinámica de grupo, el centrocampista del Eibar arde en deseos de alumbrar otra vez Ipurua y el resto de estadios con su fútbol.
Uno de los pesos pesados del vestuario se resiste a ver más partidos desde la grada, su incómodo hábitat durante un largo periodo de tiempo, forzado por las circunstancias, y trabaja con paciencia y constancia con vistas a marcar las diferencias vestido de corto y regresar a la ansiada regularidad. Como siempre lo ha hecho y ya demostró en el tramo final de la última temporada, con gol incluido al Rayo Vallecano en Ipurua.
Lo cierto es que el contraste de su peso en el Eibar, comparando los datos y números de su primera campaña como armero y los últimos dos cursos, es bastante significativo. Después de defender la zamarra azulgrana durante 39 partidos en la 16/17, su cuota de protagonismo se redujo a una docena de encuentros en la 17/18 y nueve en la 18/19 para un total de 21 apariciones, una cifra demasiado baja.
El Eibar, que no vivirá un verano demasiado agitado pero perderá a gente importante en la medular como Jordán, y está a la espera de ver lo que sucede con otros activos como Cucurella, necesita otra referencia que sujete al equipo.
Rodilla, espalda y fascia
El calvario que ha vivido Pedro León en los últimos 24 meses ha sido demasiado cruel, un golpe en la línea de flotación de la carrera de cualquier futbolista. Cuatro intervenciones y tres focos distintos, la rodilla, la espalda y la fascia plantar, han quebrado su integridad física y han puesto en jaque la mental.
Tras acabar con molestias en la rodilla izquierda su primer año en Eibar acabó siendo intervenido en verano. Era mayo de 2017. Lejos de pasar página con rapide, Pedro
León tuvo que acudir por segunda vez a la sala de operaciones en noviembre de ese mismo año para poner solución a una mala cicatrización y regularizar una osteocondritis.
Con el problema en la rodilla solventado, el murciano regresó a los campos en febrero de 2018 con aparente normalidad aunque, con el paso de las jornadas, empezó a sentir unos dolores en la fascia plantar. Acabó el curso con 12 apariciones y se marchó de vacaciones con esas molestias y otras en la espalda.
Todo se torció en agosto, cuando esa aparente lumbalgia pasó a mayores para convertirse en una herna discal en la L4 y L5. Fue sometido a un lavado epidural y fijó su mirada en noviembre, fecha estimada para su regreso definitivo a la práctica del fútbol.
Pero el tratamiento conservador que llevaba meses cumpliendo a rajatabla no tuvo los efectos deseados y en noviembre, cuando ya parecía acariciar la competición, regresó por cuarta vez al quirófano.
Al cien por cien desde febrero
El final del túnel se hizo de rogar pero la luz apareció en febrero. Pedro
León, después de reconocer el sufrimiento vivido durante los últimos 20 meses, volvió a jugar el día 23 en San Mamés libre de cualquier percance. Y, por fin, se marchó de vacaciones con un buen sabor de boca
Lleva una semana trabajando
Quizá por eso, ahora está preparando con mimo su cuarta campaña en el Eibar. Después de todo lo que le ha pasado, el murciano quiere dejar un buen sabor de boca desde el principio del calendario. Según ha podido saber MD, el jugador lleva ya una semana entrenándose por su cuenta con vistas a darlo todo desde el primer día de la pretemporada. Las ganas por volver a imprimir su sello sobre un terreno de juego han ganado el pulso al deseo de desconectar en vacaciones, más cortas que otros años. Cabe recordar que la preparación del Eibar arrancará el próximo 10 de julio en las instalaciones de Atxabalpe y que los armeros volverán a concentrarse, un verano más, en la localidad austriaca de Kössen
A la tercera va la vencida, como reza el dicho. Es lo que pretende cumplir a rajatabla Pedro
León, cuyo contrato expira en 2020, después de dos cursos para olvidar. El rugido del león volverá a sonar muy alto en una temporada que echará a rodar el fin de semana del 17 y 18 de agosto.
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