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Pedro Sánchez admite que España necesita estabilidad política para evitar el frenazo



Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, en el Foro de Economía Global El País Enrique Shore
Pedro Sánchez tiene una visión muy optimista de la economía española. Está convencido de que el ciclo de crecimiento no se ha agotado entre otros motivos porque España empezó a recuperarse de la crisis de 2008 mucho más tarde que otras economías europeas. Pero el presidente en funciones admite que el bloqueo político supone riesgos y puede frenar algunas inversiones. Por eso, durante su intervención en Nueva York en el foro económico organizado por la Cámara de Comercio España-EEUU y EL PAÍS —con el patrocinio de Abertis, BBVA, PwC, Telefónica y Baker McKenzie con la colaboración de Iberia—, entró de lleno en esa situación política y aseguró que su Gobierno dará “estabilidad y certidumbre” si logra consolidarse en las elecciones.

En la línea con lo que había dicho por la mañana el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en el mismo foro, Sánchez admitió que esa estabilidad es ya imprescindible para evitar que la desaceleración derive en algo más delicado. “Necesitamos estabilidad para afrontar los grandes retos. La economía española está aguantando bien la ralentización. Nuestra economía resiste bien porque el ciclo no está agotado. Francia y Alemania recuperaron en tres años el PIB; España, una década. Nuestro ciclo todavía tiene recorrido. No hay motivo para que la ralentización del ciclo se convierta en otra cosa”, aseguró.
Para Sánchez, la situación no se parece en nada a la anterior crisis, aunque aún queden heridas desde entonces. “Crecemos de forma más equilibrada, no hay burbujas inmobiliarias como en el pasado. Hemos acumulado ventajas competitivas que no se van a diluir. El aumento gradual de los salarios ayudará a los trabajadores, nuestras empresas han saneado sus cuentas las familias están menos endeudadas”, insistió, en una visión optimista de la situación económica en la que sin embargo ve dos grandes amenazas: la situación internacional, con la guerra comercial entre EE UU y China como elemento central, y la inestabilidad política que confía en resolver tras las elecciones del 10 de noviembre. “Réditos pasados no garantizan éxitos futuros. Tenemos que superar el bloqueo político. Nada contribuye más a crecer que la estabilidad para hacer reformas, para dar confianza a los inversores y para desarrollar nuestras capacidades”, insistió.
Mecanismos contra el impacto del Brexit
Sánchez admite que hay otros riesgos, como el Bréxit duro, pero asegura que el Gobierno se ha preparado. “Seguimos esperando que la inflación se normalice: arrastramos secuelas de la última crisis. Y tenemos el riesgo real de un Brexit duro. Es una decisión contraria a la lógica de los tiempos, que requieren una mayor integración, se lo he dicho en privado al presidente Boris Johnson y se lo digo también a los independentistas catalanes. Pero el Gobierno ha hecho los deberes, ha tomado las medidas de contingencia. Nos vamos a reunir con los gobiernos autonómicos y ayuntamientos para engrasar los mecanismos para un Brexit duro”.
Sánchez indicó algunos objetivos económicos: “Este año queremos reducir el déficit hasta el 2%. España inspira confianza, como se ve en las emisiones de deuda, que además se están reduciendo. Este año, por primera vez desde 2012, vamos menos de 200.000 millones de euros”, repasó. España, dijo, “cuenta con las mejores credenciales para estar a la vanguardia”.
Sanchez finalizó con una pulla, sin citarlo, a Donald Trump, que pocas horas antes había lanzado en la ONU un discurso de defensa del proteccionismo y del nacionalismo. “La confianza internacional debe basarse en el multilateralismo, hay que defenderlo sobre todo hoy después de escuchar algunos discurso en la asamblea general de la ONU”, dijo entre sonrisas complacientes del público.


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