Peinado, un artista armado solo con el deseo de pintar


Los coches se convierten en criaturas con voluntad propia y ocupan espacios incompatibles con las leyes de la gravedad por voluntad de Francisco Peinado (Málaga, 1941). Se encaraman a las velas de un barco, se dan un baño en el mar donde comparten hábitat con los peces o rodean a los rascacielos como si se tratara de una bandada de pájaros. “Esta es una de las exposiciones de las que estoy más satisfecho. Es muy diversa y me gusta todo”, ha afirmado Peinado este martes en Sevilla, después de ver colgadas las 28 obras que integran Parking, la muestra que se inaugura el miércoles 3 de diciembre en la galería Birimbao. Aunque parta del propio autor, es una valoración a tener en cuenta, ya que se trata de alguien parco en palabras, poco amigo de halagos y que lleva 53 años pintando.

El personalísimo mundo iconográfico de Peinado se renueva constantemente, pero expresionismo y surrealismo están siempre presentes en su lenguaje y en esta muestra, que podrá verse hasta el 13 de enero, las obras poseen una surrealidad sugerida que se desarrolla en la imaginación del espectador.

“Me he dejado llevar por la emoción y he creado un desbarajuste”, desvela el artista mientras contempla La barriada, un óleo sobre lienzo de 60 x 73 centímetros en el que cielo y tierra aparecen unidos por una especie de hilos que podrían ser tanto una copiosa lluvia como las llamaradas de un fuego que amenaza con destruir la barriada repleta de coches y bloques de viviendas. “Yo me inspiro en cualquier cosa y, después, me dejo llevar. No tengo problema, si me va bien, estupendo; si no me gusta lo borro y sigo. La pintura es quitar y poner, poner y quitar. Siempre es el resultado de una lucha y para mí eso es muy importante”, explica el pintor, quien en Parking ha optado por formatos pequeños.

La exposición incluye ocho pinturas sobre madera de 8 x 8 centímetros, las más pequeñas que ha exhibido Peinado hasta ahora, un artista acostumbrado a los grandes formatos (muchas de sus obras de la década anterior son de 300 x 200 centímetros) en las que el artista se mueve entre la ironía y la poesía. Pero, pequeños o grandes, en sus óleos siempre está presente la materia: “Yo no soporto la superficie lisa”, corrobora el artista, que fue premio Andalucía de Artes Plásticas en 1992.

Y aunque la muestra está llena de coches, incluso en la cama con alas de los amantes que aparecen en El viaje, los vehículos desaparecen en pinturas como El extraterrestre, un trabajo en el que se reconocen las tramas usadas por Peinado en etapas anteriores, o en México, un cuadro que recuerda los exvotos mexicanos y en el que una cucaracha se ha metido en la cama mientras que dos esqueletos aparecen tumbados en la estancia. El coche, seguramente, lo habrán dejado en la puerta.


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