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Peiremans: “Cuando salí de la Real caí en una depresión”


La historia de Frédéric Peiremans en la Real estuvo marcada por las lesiones. Llegó en el año 2000 a cambio de 600 millones de las antiguas pesetas (3,6 millones de euros) y avalado por un Javier Clemente enamorado del poderío físico que el belga desplegaba en el Twente. Sin embargo, una lesión muscular, en apariencia leve, al final de temporada ante el Ajax supuso el principio de un calvario que no sólo le impidió debutar con la Real, sino que le obligaría a tener que dejar el fútbol a los 28 años para caer en una depresión que terminó con su matrimonio, le hizo caer en el alcoholismo contra el que todavía hoy lucha y que estuvo a punto de costarle la vida en un accidente de tráfico en 2008. Hoy, 20 años después de su paso por la Real, recuerda con un sabor agridulce su estancia en Donostia, donde comenzó un sueño que derivó en pesadilla.



¿Qué recuerdos guarda de su paso por la Real?

Muy buenos a pesar de todo. Tengo un gran recuerdo del club, de la gente, de la región. La verdad es que lo echo de menos. Me acogieron muy bien tanto el presidente, como el staff y los jugadores. Recuerdo que era un club muy familiar y a mí me encantaba ese ambiente, esa cordialidad. Para mí era muy importante. Y la comida también. Para mí fue muy triste tener que irme de San Sebastián. De hecho, tengo pensado ir unos días de vacaciones en cuanto pueda porque ahora es complicado.

Las lesiones marcaron su trayectoria aquí. De hecho, llegó lesionado…

Sí, llegué lesionado, pero la Real ya sabía que me había lesionado contra el Ajax cuando era jugador del Twente. Pensaban que la lesión era pequeña. Yo también. Además, yo nunca me había lesionado gravemente y todos pensábamos que me recuperaría muy rápido, pero fue bastante más complicado.

¿Recuerda cómo se produjo la lesión?

Fue una jugada normal. Un rival llevaba el balón, hice un ‘tackle’ y me abrí de piernas. A partir de ahí me fui de vacaciones a París y me llamó por teléfono mi mánager para decirme que la Real Sociedad estaba interesada en mí. Yo dije que de acuerdo, pero que la Real tenía que saber que yo estaba lesionado. Él volvió a llamar y luego me dijo que no había problema, así que fui a San Sebastián. Cuando llegué me preguntaron directamente que cómo iba mi lesión, por lo que ellos ya sabían que estaba lesionado.

¿Qué les dijo?

Que todavía tenía dolor.

Y firmó…

Sí, firmé porque ellos pensaban que iba a ser cosa de unas pocas semanas y que iba a mejorar.

Pero usted pasó un examen médico, supongo…

Sí, claro. Pero pensaban que la lesión iba a ser poco tiempo.

Recuerdo que usted se definía siempre como un jugador muy físico…

Sí, era físico. Era un ‘6’ a la antigua. Mi rol era trabajar mucho por delante de la defensa para ayudarles. Y por delante de mí había otros jugadores. Siempre era el más fuerte de mi equipo. Desgraciadamente no pude probarlo en la Real.

Imagino que llegar a un lugar nuevo, a otro país, a otro club y no poder jugar por estar lesionado se le hizo duro…

Afortunadamente llegué a un buen sitio, a un precioso lugar y tenía conmigo a mi familia, y menos mal, porque si ellos no hubieran estado, para mí habría sido mucho más complicado.

Aún así supongo que psicológicamente es una situación complicada de asumir…

Sin duda. Un jugador de fútbol lo que quiere es jugar. Yo sin embargo trabajaba y trabajaba, veía a mis compañeros jugar, pero no podía. Sólo podía trabajar en la banda. Cuando trabajas lo haces pensando en volver, sin embargo yo veía que mi cuerpo no estaba al cien por cien y eso es muy difícil de asumir.

¿Es más duro todavía cuando a uno le dicen que no es una lesión grave?

Sí porque, como te he dicho antes, nunca me había lesionado de gravedad. Al final tuve incluso que ir a Barcelona a operarme con el doctor Borrell.

Pero nada cambió…

No. Estuve seis meses de rehabilitación y al final fui convocado un par de veces para jugar unos amistosos y, después de un partido contra el segundo equipo, contra el Sanse, vi que no estaba bien.

También tuvo un paso por el Eibar en forma de cesión y, como le sucedió en la Real, tampoco pudo recuperar su mejor versión…

Sí porque la Real pensaba que lo mejor para mi rehabilitación es que fuera a Eibar, pero mentalmente yo no estaba preparado porque sentía que mis piernas aún no estaban bien. El entrenamiento allí era físico, físico, físico y a mí antes me encantaba ese tipo de trabajo, pero en aquel entonces mis piernas no estaban preparadas para un entrenamiento así y forcé, forcé, forcé y eso no fue bueno para mí.

Javier Clemente, el gran valedor de su fichaje, siempre habló muy bien de usted. Tenía depositadas muchas esperanzas. ¿Qué recuerda de él?

Me quedé muy sorprendido cuando me dijeron que un entrenador como Clemente me quería. Para mí era un honor. Me hubiera encantado demostrarle que no estaba equivocado con la confianza que depositaba en mí, pero no fue mi culpa. Eran mis piernas que no podían.

¿Qué fue de usted tras salir de la Real?

Buuuffff. Caí en una depresión, tuve muchos problemas, me encerré en mí mismo, me divorcié…

¿Esa depresión fue consecuencia de dejar el fútbol o hubo otras cosas?

Fue sobre todo porque tuve que retirarme. Hubo personas que no entendieron por qué lo dejaba y yo lo dejaba porque mi cuerpo no podía. Hubo gente que no lo entendió, caí en depresión, tuve otros problemas… Pero afortunadamente empecé a entrenar en las categorías inferiores del Anderletch, a los más jóvenes y eso consiguió sacar la lesión de mi cabeza.

¿Le gusta trabajar con los más jóvenes?

Sí porque además he tenido la oportunidad de entrenar a grandes jugadores que luego han crecido en el fútbol como Mertens, Vanden Borre, Kums, Musonda… Jugadores que han estado en grandes equipos y en la selección.

¿Sólo entrena o se dedica a otra cosa?

No, me dedico a otra cosa. Trabajo en la región de Lieja y entreno a jóvenes en el RFC Huy.

¿Su trabajo actual está relacionado con el fútbol o no tiene nada que ver?

Nada que ver. Trabajo en una empresa que reparte pescado a cafés y restaurantes.

¿Sigue a la Real?

Sí. He podido ver algún partido porque la verdad es que veo fútbol en la tele… Digamos que de vez en cuando. Sé que han hecho una gran temporada, que van a jugar la final de Copa contra el Bilbao. A ver si puede ganar un trofeo.

¿Sabe que hace 33 años que no lo consigue?

Es mucho tiempo para un club como la Real.


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