Penélope Cruz, al rescate del marido de Carlota Casiraghi


Penélope Cruz no es muy dada a hablar de temas que atañen a su vida personal y menos con medios españoles, por eso cualquier tipo de declaración que se salga de su ámbito profesional adquiere una repercusión a veces exagerada. En esta ocasión la actriz ha desvelado pequeños detalles de sus gustos y su vida cotidiana en el número del mes de junio de la revista británica Red, donde aparece en su portada. La publicación, que pertenece al grupo Hearst, suele dedicar el tema central de cada uno de sus números a un personaje femenino famoso y además toca temas de moda, salud, belleza y estilo de vida.

La única actriz española ganadora de un Oscar por su trabajo en Vicky, Cristina, Barcelona, cuenta en la entrevista que una de sus prioridades no negociables es dormir. “Si no duermo al menos siete horas diarias, lo noto más tarde”, explica Cruz. “Puedo perder el enfoque, puedo ponerme de mal humor. Es una de las cosas más difíciles de tener hijos: hay que despertarse más temprano. Me pregunto a mí misma: ‘¿Ir a cenar o irme a la cama? Si salgo, ¿cómo me sentiré mañana?’ El sueño siempre gana. Prefiero priorizar para poder concentrarme y estar mejor más adelante”.

Y da un detalle sobre su estilo de vida social como estrella de Hollywood: “Lo mejor es que nunca me han interesado las drogas o el alcohol…. Este año fui a la fiesta de Guy Oseary [la exclusiva reunión que organizó el mánager de artistas como Madonna o U2 después de la ceremonia de los Oscar], y fue genial porque vi a muchos amigos, pero también muchos me dijero: ‘Guau, no puedo creer que sean las dos de la madrugada y todavía estés aquí’. ¡Pero lo hago una vez cada dos años!, ha explicado Cruz.

La actriz está casada con el también actor Javier Bardem, viven a las afueras de Madrid y tienen dos niños, Leo y Luna, de nueve y seis años respectivamente. Ellos son una de sus prioridades y trata de compaginar su vida profesional y personal para que sus hijos noten lo menos posible los efectos de la profesión de sus padres y de la fama. Pero también son responsables de que Penélope encuentre poco tiempo para ella misma, según explica en esta entrevista: “No soy muy buena con ese tema porque por naturaleza tiendo a la amabilidad y tengo que seguir recordándome a mí misma que también debo crear tiempo para mí. No es algo que surja de forma natural, yo tiendo a hacer lo contrario pero ¡estoy trabajando en ello!”, cuenta la actriz.

A pesar de este problema, que afecta a otras muchas madres, Cruz tiene claro que necesita para sentirse bien en la vida: “No se trata de arreglarse el pelo y estar perfectamente maquillada. Se trata de estar sano, sentirse fuerte, estar bien alimentado y darle a tu cuerpo y a tu mente lo que necesita. Si no tengo estas cosas cubiertas, para mí es difícil sentirme centrado. Por eso en mi vida es importante comer bien, comer sano”. “Sentirse bien no se trata de arreglarse el cabello y el maquillaje”, dice en la entrevista de portada para el número de junio de Red . ‘Se trata de estar sano, fuerte, sentirse alimentado y darle a su cuerpo y mente lo que necesita. Si no tengo estas cosas cubiertas, es difícil para mí sentirme centrado. Para mí es muy importante comer bien, comer limpio y comer sano ‘’.

Preguntada sobre qué rutinas sigue para mantenerse en forma, la revista especifica que Penélope Cruz incluye pautas de ejercicio como pesas y circuitos dirigida por un entrenador personal, tratamientos faciales y masajes. También desvela que para sus hijos “me gusta asegurarme de que todo lo que uso para ellos sea orgánico”. Y si alguien quiere adoptar algunos de sus productos de maquillaje fetiche debe mirar hacia la firma francesa Lancôme, de la que es embajadora. Como maquillaje la actriz recomienda: Lancôme Teint Idole Ultra Wear Full Coverage Foundation con protección solar porque “tiene una cobertura ligera pero excelente y combina perfectamente con mi tono de piel”, y dos tonos de barras de labios que siempre están en su neceser de belleza: “Mi tono favorito es 510-Ardent Sand y para por la noche el 82-Tapis Rouge, un rojo intenso y destacado”.

La actriz, que cumplió 46 años este martes desvela poco de su vida personal pero algunas cosas se han ido conociendo a través de otras entrevistas. Ella misma dijo que sabe que no cae bien a todo el mundo pero quienes la conocen la describen como una persona “graciosa y cariñosa”. Se ha defendido de las críticas sobre su comportamiento en España en más de una ocasión: “Siempre he hecho prensa en España, siempre. Me duele que se diga que no es así. Siempre que tengo una película doy entrevistas”, afirmó en una charla con Pablo Motos en el programa El Hormiguero.

Se sabe que colabora con PETA, la organización que defiende frenar el uso de pieles animales. Que está muy implicada con la ONG Proactiva Open Arms que rescata a inmigrantes en el Mediterráneo y no ha evitado hablar sobre el tema de los refugiados con claridad. Lo hizo hace casi dos años en una entrevista con EL PAÍS en la que manifestó: “Europa y el resto del mundo no pueden dar la espalda a este problema gigantesco, no vale mirar para otro lado. Sería el horror. Si no aceptamos encarar este hecho, ¿qué ocurrirá?”, reflexionaba. “Debemos invertir en educación en sus países, ayudar en las zonas donde peor lo están pasando. Hay que preguntarse: ¿de qué horror están huyendo, qué barbaridad están viviendo como para huir de sus casas y atravesar el mar de esa manera, con sus bebés en brazos?”.

En el Festival de Cine de San Sebastián, habló de cómo se habían hecho realidad sus sueños infantiles en su discurso tras recibir el Premio Donostia : “Mis sueños en mi infancia eran principalmente dos: poder algún día convertirme en madre y poder dedicarme a mi pasión: interpretar”. Y añadió: “Gracias a mis dos preciosos hijos y al compañero de viaje más maravilloso que se puede tener y él, sí, también estaba incluido en mis sueños”, dijo, dirigiéndose a Javier Bardem.


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