El Alavés regresa muy tocado tras encajar en Anoeta la primera goleada de la temporada en el que hasta ahora ha sido su peor partido. Asier Garitano introdujo siete cambios con respecto al último partido y la revolución terminó en desastre. Lisandro Magallán, Pere Pons, Oliver Burke y Borja Sáinz se estrenaron en el once titular babazorro. El catalán, que no estuvo afortunado, resume el sentir de la caseta en la primera crisis alavesista en esta campaña. “Tenemos mucho margen de mejora y tenemos que estar con el entrenador a muerte”, afirmó.
Con el deseo de “corregir lo que se hizo mal” con vistas al choque frente al Mallorca. “Volvemos a casa y debemos dejarnos la piel el domingo, pero ese encuentro no es una final”, matizó. En este último punto, discrepa con su técnico, que sí aludió a este término al referirse al choque ante la escuadra balear. “Aunque van a quedar muchas jornadas, sí hay que afrontarlo como una final, porque ahora sí estamos preparados para pelear con los equipos que van a estar de mitad de la tabla hacia abajo”, subrayó el de Bergara tras el 3-0 en Anoeta.
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